miércoles, 18 de septiembre de 2024

 No aproveches el instante, obsérvalo.

lunes, 2 de septiembre de 2024

Una pena

 Acabo de ver a una gaviota joven, lisiada de un ala, beber del charco que he dejado al ducharme. Condenada sin remedio aún lucha por sobrevivir, he pensado. Claro que lo de condenada sin remedio todavía no lo sabe.

jueves, 29 de agosto de 2024

Pax burguesa

La pareja del otro lado de la pared lleva todo el verano discutiendo; la situacion me apena, entre otras cosas porque mina mi confianza en el género humano. Creo que unos golpes en la pared, lo sorpresivo de la situación, les ayudarían a calmarse y reflexionar, pero temo que un acto desinteresado (que no lo será porque tal cosa no existe), sea menos eficaz que aporrear la pared por motivos propios y egoístas: me molestan y perturban mi paz (iba a poner interior, pero como no tengo pondremos burguesa). Vaya, que en ambos casos los medios son los mismos, pero los resultados de una acción, según sean los fines, los carga el diablo. Y además quién soy yo para entrometerme en sus asuntos o sopesar su armonía.

jueves, 7 de septiembre de 2023

La picadora de carne humana

 Un artículo de Juan Soto Ivars sobre el asunto Rubiales.

LUIS RUBIALES, PEIO H. RIAÑO Y LA GRAN PICADORA DE CARNE HUMANA

Ya antes de la tormenta, ese pico podía interpretarse como inapropiado y tonto. Inapropiado, porque Rubiales tiene un cargo y Hermoso no, y esto alimenta la confusión; tonto, porque cuando ostentas un puesto como este tienes muchos enemigos. No te odian por ser tú, les da igual si eres machista o feminista: solo quieren tu puesto y usarán cualquier cosa para destruirte. Son como tú, pero sin lo que tú tienes.

Espontáneo fue, sin duda. En la efusividad se rompe el protocolo: las jugadoras abrazaban a la reina, que se supone que no se puede hacer. Además, se ve que no se había enterado Rubiales de que la espontaneidad, ese tesoro español, ya lo hemos cambiado por una rigidez yanqui de importación. Pero recordemos: "inapropiado" solo es sinónimo de "criminal" en las sociedades puritanas. Si la conducta anterior de Rubiales ofrecía motivos para investigarlo, tiene narices que haya sido ese beso lo que organice la mundial. No se ha activado así la justicia, sino la aleación de soflamas comprometidas y prensa rosa de siempre. Hay quien llama "lucha" a participar del cotilleo. Normal, entonces, que Sálvame haya terminado progresista. Ese beso no era cosa de dos para la izquierda del visillo. Si había sospechas de Rubiales, abrir una investigación interna y transparente hubiera estado bien Si había sospechas de Rubiales, abrir una investigación interna y transparente hubiera estado bien. Y si de la investigación salía algo grave, entonces inhabilitación y a los tribunales, a probar los delitos. No sería tan divertido para el vulgo, pero así nos las queríamos gastar antes en los Estados de derecho. Lo sé: una investigación que busca la verdad en vez del lucimiento político, suena a cosa rancia y antigua. Como la presunción de inocencia, escuchar a las dos partes o el derecho a tutela judicial efectiva. Hoy se piden juicios populares y lapidación. Y aunque admito que es más entretenido y espectacular, y que permite a cada cual desahogar sus traumas mientras manadas de hienas políticas salivan con el filete, no es justo.

Escándalo de fabricación nacional

Todo este escándalo precocinado me ha hecho recordar el del colegio mayor, cuando abrió la caja de los truenos otro vídeo sin contexto de estudiantes berreando obscenidades machistas en las ventanas. Entonces como ahora, sin esperar a que hablasen las destinatarias de la "agresión", la tropa de políticos, periodistas y activistas elevaron el caso a atentado terrorista contra la mujer en abstracto.
Cuando las chicas juraron que estaban jugando con ellos, ¿qué dijeron los que tanto hablan de consentimiento y de escuchar a las mujeres? Pues que no valía. Que tenían que ser víctimas, como estas ganadoras del mundial tenían que ser mujeres débiles y sometidas a un hombre malvado, es decir, carne protegida por el ministerio. Políticos y periodistas son los que te dicen a ti cuánto te ha dolido y qué grave es, y tratan de forzarte a admitirlo con su apelación a los Derechos Humanos. Decretan que te ha pasado algo y si no les sigues el juego no eres mujer... Lo que venían a decirnos era: "Una víctima no necesita que le haya pasado nada malo para serlo. Una víctima es quien nos interesa". Porque tú y tus compañeras ganáis un mundial en una gesta deportiva salvaje, pero, como el feminismo institucional no ve el fútbol, te homenajean si te besa un calvo. El truco es perverso: revientan a un hombre a fin de poder utilizar al mayor número posible de mujeres en su beneficio.
La unanimidad en los medios era falsa. No resultado de estar de acuerdo, sino del miedo a decir que en esa imagen no se veía una terrorífica violencia machista. Santiago Segura dijo en Twitter que era una pena que un asunto tan "marginal" eclipsara el triunfo, y tuvo que borrar porque lo acusaron de trivializar las violaciones. Las violaciones, sí. El pico de Rubiales. En el podio, al lado de la Reina y de la Infanta.
Lo mejor era callarse, pensaron muchos, pero tampoco, porque te abroncaban si no te "solidarizabas". A Rafa Nadal lo hostigaron sin que abriera el pico, con lo que demostraron ser unos Djokovic en el deporte de levantar dedito. La hipocresía campaba tanto que al final la FIFA entró en juego y nos dijo lo que es feminista tras organizar un Mundial en ese país donde las mujeres eligen entre ser bestias de carga sumisas o apedreadas.
Entre cuñados y aliados
Mientras vigilantes como Idafe Martín pasaban haciendo sonar la porra contra los barrotes y salía por la tele Irene Montero, algunas voces discordantes aparecían, claro, pero fíjate qué cosa: las contundentes y sin tapujos, las que no pedían perdón por no ver el traje de la emperatriz, casi todo mujeres. Rosa Belmonte, Clara Serra, Guadalupe Sánchez, Rebeca Argudo, María Jamardo o Begoña Gerpe decían cosas sensatas, como que eso no podía considerarse delito, mientras acreditados sobones y arpías de televisión fingían y exigían dimisión y cárcel para Rubiales. "Tenéis más muertos en el armario que Leatherface", pensaba yo. Y, por si hubiera dudas, en la estela del caso estalló otro escándalo más modesto alrededor de Peio H. Riaño, periodista de eldiario.es que también trabajó aquí.
Riaño es uno de esos hombres deconstruidos que terminan hablando con blandura lubriscente, se incluyen en el "todas" y dicen "brava" a cualquier chica que haya dicho algo que el activismo aplaude. Un tipo que a mí me caía fatal, pero no por las tontunas que escribe, que esto lo perdono siendo yo el primero que lo hace, sino porque conmigo fue un cabrón y también puteó a amigos y amigas. Como ya he dicho mil veces, conozco un montón de psicópatas que se han hecho pasar por aliados feministas para pillar cacho Riaño, fulminantemente cancelado, es de los que dicen que la cultura de la cancelación es un bulo de los fachas para poder seguir tratando mal a las mujeres y las minorías. En los últimos años, denunciaba machismo y supuestas violaciones que te saltan a los ojos en el Museo del Prado, defendía decapitar estatuas como modo de protesta y nos recordaba que Picasso sería muy buen pintor, pero en el trato personal… Ay, el trato personal… Como algunos periodistas deportivos que ahora atacan con saña a Rubiales, Riaño era el perfecto ejemplo del que se pone a señalar para no ser señalado. Y sorpresa, justo al calor del ruido de Rubiales, compañeras y subordinadas contaron algunas de sus trapacerías y la historia terminó con su despido de eldiario.es antes de acabar el día.
A mí esto no me sorprende porque, como ya he dicho mil veces, conozco un montón de psicópatas que se han hecho pasar por aliados feministas para pillar cacho o salvarse y otro montón de tíos comúnmente acusados de machistas debido a sus opiniones sinceras sobre este feminismo vanidoso que nos ha tocado en suertes, y luego tratan a las mujeres con la máxima normalidad. Es comprensible: si tú fueras un psicópata manipulador sin empatía, ¿qué dirías del beso de Jenni Hermoso? Pues eso. Yo mismo tengo cotilleos que contar sobre Riaño, pero nadie debería tomar mis palabras como prueba de nada a la hora de castigar su conducta Pero sigamos. Podéis creerme si os digo que le tenía manía al señor Riaño, y ganas de ver su ruina por las mierdas que ha ido diciendo de mí cuando su prestigio estaba en alza. Sin embargo, verlo destruido por el mismo monstruo que él ha alimentado, en vez de alegrarme por la justicia poética, me resultó penoso. Esto nadie lo está diciendo, no aparece en la ecuación, y por eso lo escribo. De nuevo: ¿otro tipo destruido con esa maza? ¿El ruido en Twitter, eso es lo que entendemos por juicio?
Yo mismo tengo cotilleos que contar sobre Riaño, pero nadie debería tomar mis palabras como prueba de nada a la hora de castigar su conducta. No me gusta que mis enemigos caigan de una forma tan perversa. Me opongo a la picadora de carne. Si nos empecinamos en llamar "justicia" al linchamiento, al final Rubiales y Riaños somos todos, hombres y mujeres, por haber aceptado la legitimidad de la horda.

martes, 11 de octubre de 2022

 La huída del dolor provoca más dolor que el dolor del que huyes.

viernes, 22 de abril de 2022

 Aunque, por supuesto, yo voy a favor de los buenos, creo que con dos malos no hay cuento que resista.

miércoles, 30 de marzo de 2022

Claudia Prado

 José cuando habla


Sobremesa en el campo
tus ojos
de animal curioso dicen
si hay que escapar escapo
mientras se escucha no
nadar no sé
pero si hay que hacerlo
lo hago
y no me gusta pescar
cocinar ni tendría
un perro y no
no hablaría con ustedes
de mi novia
y por supuesto
no me gusta este trabajo

pero si hay que hacerlo
lo hago.

Y no sos torpe
no es torpeza en la expresión
es no poder olvidar
unos golpes en la infancia
el frío en los pies el peso
del trabajo hace un momento
saber que el plato
que aceptás en el mejor
de los casos es un juego

peligroso
si se olvida lo evidente:
la distancia
de lo que hacés
a lo que harías.

domingo, 5 de diciembre de 2021

 Docavo, deja de atar cabos.

jueves, 12 de agosto de 2021

 El mismo libro puede servir de compañero o de escondite. 

sábado, 31 de julio de 2021

" Dueño de ideas y sentimientos en vez de preso de ideas y sentimientos."

                                                                                                                        Alberto Girri

martes, 6 de julio de 2021

  ¿Llevas la cuenta de los afeitados con la maquinilla desechable o eres de los que se despreocupan y la tiran cuando ya no rasura bien? Y otra cosa, ¿cuánto dolor eres capaz de soportar antes de desecharla?, en otras palabras, ¿cuál es el precio de tu dolor?

Fueron felices y comieron
perdices y cuando se acabaron
las perdices fueron infelices
hasta el siguiente cuento.


Eh, tú, sí tú
que te creías llamado
a ser alguien tan especial:
si aún piensas que los pollos
de los pavos reales
eclosionan del huevo
desplegando la cola
te equivocas de nido
  


lunes, 21 de septiembre de 2020

 Fallido intento de leer La Peste. Me ha pasado lo de siempre: muchos libros que me gustaron en mi adolescencia ya o me gustan, pero los que me aburrieron entonces ahora me aburren aún más.

domingo, 23 de agosto de 2020

sábado, 15 de agosto de 2020

Tiempos felices

Nuestra sombra nocturna caminando por la acera. Creciente o menguante según avanzamos cogidos de la mano de una farola a otra.

 

sábado, 20 de junio de 2020

A pesar de que el cartel decía bien claro que no se podía entrar sin mascarilla, armado de valor ante el absurdo desobedezco y entro a comprarme una.

sábado, 13 de junio de 2020

Tratando de que me guste un libro porque me cae bien quien lo escribió. Quizás sea un mal síntoma literario, pero es una excelente noticia para mi vida afectiva.

lunes, 18 de mayo de 2020

La Loba y cómo se acerca después del juego a que le ponga la correa, la soga. Siempre cede. Algunos dirán que esa pérdida de libertad es humillante. Su dueño no lo ve así: a esa capacidad de obedecer, yo la llamo nobleza. No se puede vivir sin ataduras. Cualquier perro viejo lo sabe.



domingo, 17 de mayo de 2020

Rosa Chacel


Una mujer con esa mirada merece ser leída.

 Biografia de Rosa Chacel
Ningún hombre es libre.
Hay quienes no son esclavos ni del hombre,
ni de la mujer, y ni siquiera son esclavos de Dios.
Son los esclavos del diablo.

                                   R.D. Laing. Sonetos y aforismos

jueves, 14 de mayo de 2020

Los columpios del parque, como si fueran la escena de algún crimen, precintados.

domingo, 26 de abril de 2020

Pues resulta que estaba con el telediario puesto y al teclear la contraseña en el portátil he escrito "coronavirus"
Padres seguidos de hijos con pelota y patinete. La calle parece un decorado montado por el Gobierno.

jueves, 16 de abril de 2020

Salud, higiene y otras certezas

Estoy por hacer una muesca en la pared del baño cada vez que me lavo las manos.

sábado, 11 de abril de 2020

Kafka no, Franz

"Cuando vivíamos en Berlín, Kafka iba con frecuencia al parque de Steglitz. Yo le acompañaba a veces. Un día nos encontramos a una niña pequeña que lloraba y parecía totalmente desesperada. Hablamos con ella. Franz le preguntó qué era lo que la apenaba, y nos enteramos de que había perdido su muñeca. Enseguida inventa él una historia con la que explicar aquella desaparición. «Tu muñeca tan sólo está haciendo un viaje. Lo sé. Me ha enviado una carta». La niña desconfió un poco: «¿La has traído?». «No, la he dejado en casa, pero mañana te la traeré». La niña, ahora curiosa, ya había olvidado en parte su pena. Y Franz volvió enseguida a casa para escribir la carta. Se puso manos a la obra con toda seriedad, como si se tratara de escribir una obra. Estaba en el mismo estado de tensión en el que se encontraba siempre en cuanto se sentaba al escritorio, aunque sólo fuera para escribir una carta o una postal. Por lo demás era un verdadero trabajo, tan esencial como los otros, porque había que preservar a la niña de la decepción costara lo que costase, y había que contentarla de verdad. La mentira debía, por tanto, convertirse en verdad a través de la verdad de la ficción. Al día siguiente llevó la carta a la pequeña, que le estaba esperando en el parque. Como la pequeña no sabía leer, él lo hizo en voz alta. La muñeca le explicaba en la carta que estaba harta de vivir siempre en la misma familia, y expresaba su deseo de experimentar un cambio de aires, en una palabra, quería separarse por algún tiempo de la niña, a la que quería mucho. Prometía escribir todos los días. Y Kafka, de hecho, escribió una carta diaria en la que siempre informaba de nuevas aventuras, que se desarrollaban muy deprisa, de acuerdo con el ritmo de vida especial de las muñecas. Al cabo de unos días, la niña había olvidado la verdadera pérdida de su juguete y ya sólo pensaba en la ficción que se le había ofrecido como sustituto. Franz ponía en cada frase de la historia tanto detalle y sentido del humor, que el estado en que se encontraba la muñeca resultaba del todo comprensible: la muñeca había crecido, había ido al colegio, había conocido a otras gentes. Aseguraba una y otra vez que quería a la niña, pero aludía a las complicaciones que iban surgiendo, a otras obligaciones y otros intereses que de momento no le permitían retomar la vida en común. A la niña se le pidió que reflexionara, y así se la preparó para la inevitable renuncia. El juego duró por lo menos tres semanas. Franz tenía un miedo terrible ante la idea de cómo darle fin, pues aquel final debía ser un verdadero final, es decir, debía hacer posible el orden que reemplazara el desorden provocado por la pérdida del juguete. Pensó largamente y al final se decidió por hacer que la muñeca se casara. Primero describió al joven marido, la fiesta de compromiso, los preparativos de boda. Después, con todo detalle, la casa de los recién casados: «Tú misma comprenderás que en el futuro tendremos que renunciar a volver a vernos». Franz había resuelto el pequeño conflicto de la niña a través del arte, gracias al medio más efectivo del que él personalmente disponía para ordenar el mundo."

                 Extracto de los recuerdos de Dora Diamamt en "Cuando Kafka vino hacia mí," Hans-Gerd Koch (ed,)

miércoles, 1 de abril de 2020

And the days are not full enoguh
And the nights are not full enough
And life slips by like a field mouse
                       Not shaking the grass.

(Ezra Pound)         


Omnipresencia

Cuando recojo una mierda de la Loba y no hay nadie a la vista (y últimamente no hay nadie a la vista) pienso en lo mucho que me reconfortaría que Dios estuviera pendiente de mi acción.

A pie de cama

Como todas las noches la Loba cuando me acuesto acude a mi habitación y posa la cabeza sobre la cama para que la acaricie. Si no lo hago es por temor al virus. La perra que, naturalmente, no entiende nada acusará esa falta de afecto del que tan necesitados estamos..Yo tampoco entiendo mucho o sólo entiendo con la sesera: sólo sé de infectados por los informativos. Ese bicho invisible para mí es una abstracción, trágica, por lo que parece; pero la cabeza de la Loba posándose en mi cama cada noche y yéndose de vacío o o sentada en un rincón a esperar los mimos de antaño, un hecho empírico, urgente e inatendble.

lunes, 30 de marzo de 2020

Ayer y hoy

 Giro la cabeza hacia el ventanal y allí está, la misma paloma blanca de ayer posada en el pararrayos de la escuela. Pero como hoy no es ayer deduzco que esa paloma no es la misma y si lo fuera, seguro que su imagen de hoy no coincide exactamente con la de ayer. La repetición de la imagen se debe a la imperfección de la memoria. Si en este confinamiento todo se vuelve igual a sí mismo es porque las imágenes y el sentimiento que las acompaña quedan nuestro recuerdo como abstracciones. Si fuéramos capaces de memorizar prolijamente los detalles del pasado todo sería novedoso en el presente y la diversidad de estímulos con que ansiamos compensar el aburrimiento que causa nuestra desmemoria, innecesaria.

sábado, 21 de marzo de 2020

El mendigo de la puerta del Mercadona sigue ahí, como siempre, cumpliendo estrictamente con el confinamiento porque la calle es su casa.

lunes, 16 de marzo de 2020

Un poco de esperanza

Hace poco estalló una tormenta.
Ya ha pasado.
No tengo perro.
Pero sí zuecos.
Están junto a la puerta
ladrando.
                              (Werner Aspeström)

miércoles, 5 de febrero de 2020

lunes, 2 de diciembre de 2019

Primera coz




      Esperé lo que llenaría mis pulmones
    de una manera única y definitiva.
    Aire no, agua no. Ni siquiera tabaco.
    Hasta que llegó a mi vida la de vestido fucsia
    y dijo: —Difusa es la luz del cielo,
    te la regalo, pero si no la querés
    igual a presión será incrustada
    y avanzará por tus venas
    hasta el plexo solar. Verás
    a través de la carne tu corazón dormir
    y esto podrá más que el dolor.
    Y vi que en verdad ella había podido
    hacer roncar a su corazón
    y con esto sobreponerse al horror
    por todos visto.
    Y me obsequió este librito azul.

      (Medio cumpleaños y poemas sueltos. Gabriela Saccone. La Coz, 2019)

sábado, 30 de noviembre de 2019

Obnubilados

Creemos ser poetas del ánimo
-algunos lo llaman experiencia-
pero solo somos poetas de la economía.
Poetas que anotan dos o tres imágenes
para dar cuenta del movimiento del día
y la frágil deriva de nuestra retórica compartida,
un aliento que nos empuja al desconsuelo
o a la violencia. Poetas de los heridos
cielos de la noche, poetas de la luz mental
que todos compartimos. Poetas y ratas arrodilladas
mordiéndose la cola, poetas obnubilados
cargando la responsabilidad común
y los temblores de la mente.
Poetas del fuego, del frío
y de la invencible economía.

                                         Bruno Montané Krebs

martes, 22 de octubre de 2019

El mar bate con fuerza frente a una escollera sobre la cual se hallan, uno de izquierdas y otro de derechas. ¿Quién arriesgaría su vida por salvar la del inmigrante que se está ahogando delante de ellos? El más valiente.

lunes, 21 de octubre de 2019

La mayor parte de la vida transcurre entre semana.

domingo, 6 de octubre de 2019


Como no hay manera de que la Loba devuelva una caricia el saldo se incrementa cada vez más a su favor; si es domingo, vertiginosamente


jueves, 29 de agosto de 2019

Irrupciones


Estábamos sentado a la mesa y Juan Ignacio, de unos ocho años, insistía con mucho tesón en que le contarara una historia o un chiste, o le planteara un acertijo, cosas que solían ser habituales en nuestros almuerzos de esa época, Como yo no tenía ganas o ya había agotado mi repertorio, le respondía con impaciencia mientras el tomaba un vaso de agua para llevarlo a los labios:

-Ignacio, ¿Vos te creés que el mundo es un circo y que está lleno de payasos para divertirte -dije.

-Sí -respondió, luego bebió lentamente el agua que quedaba en el vaso. -Y vos sos uno de ellos, concluyó mientras apoyaba el vaso en la mesa.”

                                                                                   Mario Levrero