La otra noche mientras corríamos por el carril bici de Alboraya una chica montada en bicicleta nos hizo el sonido cling, cling, para pedir paso. Si hubiera sido de nuestra generación hubiera hecho ring, ring. Bueno, eso es todo.
Pues resulta que como el recubrimiento plástico del mango de la escoba está cuarteado cuando barro se desprenden unos pedacitos de plástico que barro diligente desprendiendo nuevos pedacitos de plástico que barro diligente hasta que encuentro una tangente que me lleva al bazar chino de la esquina.