Doy fe de que los tubos de pasta de dientes nunca se agontan, si perseveras en no sustituirlos, ya sea por olvido, pereza, desidia o falta de ganas, siempre queda algo para la próxima vez. Y no pretendo hacer una alegoría, ahí en mi baño al fondo a la derecha está el tubo vacío respaldando mis palabras.
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