sábado, 28 de abril de 2012

La clase de los viernes

El otro día, a petición de los alumnos (los viernes a última suelo dejarme engañar) hicimos clase de juegos lógica. Y una alumna que, según sus compañeros, ha viajado de Villamarchante a París donde se ha hecho unas pruebas para ser modelo, me ha preguntado si no había problemas de lógica para rubias.

Yo he contestado que hacer una observación tan ingeniosa no era propio de una rubia

Y después los dos hemos seguido (yo intentando dar clase y ella disimulando que la recibía) tan contentos.

Después de unos cuantos problemas, como estos días me encuentro particulamente feliz, me he saltado a la torera las normas de respeto a la diversidad e igualdad entre géneros y he comentado que los chicos iban ganando por goleada, y una alumna también rubia pero de bote, me ha contestado que las chicas tienen cosas muchísimo más interesantes que hacer antes que descuernarse completando un cuadrado mágico.

Carcajada general de chicos y chicas de todos los pelajes incluyendo a este profesor castaño.

lunes, 16 de abril de 2012

Experiencias berlinesas

Los mejores bocadillos que he comido nunca.

Una cerveza tan buena y tan bien tirada que da casi igual la marca que pidas.

La chica que salió del puesto de bocadillos de la estación a buscarme porque había olvidado llevarme las servilletas.

El jubilado que dedica su ocio a ayudar a los turistas perdidos en el metro.

Un grupo de chimpancés protagonizando una escena familiar que me provocó las mayores carcajadas desde hace meses.

Un orangután joven metiéndose del todo en un saco y rodando por la paja como si fuera un fardo

En el jardín botánico mirar dentro de un invernadero las plantas que veo aquí cuando salgo al campo.

Un cilindro lleno de agua y dentro de él decenas de medusas latiendo.

Un estudiante de la Universidad Libre que me llevó en su coche a recuperar el móvil que había perdido.

Un ambiente tan agradable que no tienes ganas de perder el tiempo en ningún museo.

Un garito cualquiera de la Berlin Strasse con música en directo y mucha gente mayor con muchas ganas de pasárselo bien.

Una Suzuki amarilla de los años setenta aparcada en la acera.

Farolas que iluminan lo suficiente para guiar a una borracho sin deslumbrarlo.

Tazas de water limpias como espejos en garitos donde la gente bebe cerveza sin parar.

Un horno con tantas cosas buenas en las vitrinas que no sabes qué pedir.

Muy poca gente mirando el móvil o hablando por él.

Un grupo de adolescentes que se levantó en el metro para dejar que se sentara un grupo de deficientes mentales.

Muchos perros y ninguna caca en las aceras.

Bicis sin marchas ni amortiguadores, pero con asientos muy cómodos.

miércoles, 28 de marzo de 2012

El guardián entre el centeno

A los alumnos de primero de bachiller, que lo tuvieron que leer en tercero por obligación, les he preguntado que de qué iba el libro:

-Pues va de un niño que se queja mucho

´-¿Y de qué se queja?

 Pues, por ejemplo, de tener que leer libros por obligación, me hubiera gustado que contestaran.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Evaluaciones III

Escucho los comentarios de algunos colegas, pero llevo un talismán en la mochila. Un panfleto antipedagógico que se titula "El guardián entre el centeno"

Evaluaciones II

El profesor más dañino no es el más severo ni el más vago ni el más quemado. Es el que culpabiliza al alumno desde su falsa bondad. Contra el profesor cabrón, aunque sea de pensamiento, uno puede rebelarse. Contra el bueno sólo se puede pensar: no soy digno de ti.

martes, 20 de marzo de 2012

Evaluaciones

"En esta vida se puede ser de todo menos un coñazo."

                                                          (Michi Panero)

viernes, 9 de marzo de 2012

En el bar de la esquina

Como no tenía café en casa, la otra mañana fui al Claudio, que es el segundo bar más cercano a mi casa. El primero lo abrieron hace poco, pero yo soy un hombre de principios. Bueno, pues estaba en la barra con dos de los borrachos habituales, cuando un tercer borracho, sentado en una mesa a nuestra espalda, con  gorra de marino y pendiente, que se estaba pimplando una botella de tinto, ha pedido un carajillo descafeinado de wisky con sacarina. Y en eso los dos borrachos de la barra,  dos veteranos que no necesitaban  llevar gorra ni pendiente  para demostrar haber cruzado el cabo de Hornos, mientras comprobaban en El Levante que no les había tocado ninguno de los muchos cupones de la Once que habían comprado, se han mirado entre ellos para no tener que malgastar ni una palabra sobre lo complicada que se está poniendo la vida últimamente.

sábado, 11 de febrero de 2012

Ética callejera

Esta mañana frente a una caca de la Loba me he visto inmerso en un dilema moral que voy a intentar explicar: no llevaba papel ni bolsa de plástico ni nada más allá de mis dos manos lavadas para recogerla. Y en eso he visto que en una farola próxima habían pegado un papel que anunciaba clases de guitarra. ¿Qué hacer? Normalmente en esas circunstancias, que suceden a menudo debido a mi falta de previsión, arranco el papel y recojo la caca. Pero, por lo general, esos papeles los ponen especuladores sin escrúpulos que venden pisos o garajes, o eso me parece, porque también podría tratarse de una pobre familia desahuciada que no puede hacer frente a la hipoteca. O un enfermo grave que tiene que vender el piso para pagarse un tratamiento. Tal vez, pero llegado ese caso creo que el daño que inflijo a esos hipotéticos desgraciados compensa la posibilidad de que alguien se manche los zapatos y desprenda mal olor. 

De todas formas, en este caso, se trataba de él, un artista, una pobre cigarra cantora, y de mí, un pulcro funcionario tan necio como para negarle acceso al hormiguero  en pleno invierno y plena crisis.  Además, llevándome el papel me estaba llevando veinte teléfonos puestos en fila. ¡Veinte posibilidades! Empecé a contemplar otras alternativas como emprender una excursión larga para buscar uno de esos folletos de Media markt que tan buenos servicios me prestan, pero aparte de que ya imaginaba que habría un corrillo de gente pendiente de mi decisión, ¿quién me decía a mí que entre tanto algún sufrido ciudadano no pisaría la mierda?, aunque pudiera ser que ese ciudadano fuera supersticioso y no deseara otra cosa que pisar una mierda para salir de una horrible mala racha. Tantas eran, en fin, las contingencias que se derivaban de cualquier decisión y tantos los tirones que me daba la Loba instándome a tomarla que, finalmente, mientras estaba ahí plantado en un ser o no ser existencial, decidí que la mierda con el sol del mediodía se habría secado los suficiente para mandarla a la cuneta y continué mi paseo con la puntera del zapato derecho algo manchada, las manos limpias y el corazón bombeando sangre como un músculo más.

sábado, 4 de febrero de 2012

Preguntas a papá

"Pues si Júpiter y las otras divinidades con terrible estrépito golpean los templos resplandecientes del cielo cuando les viene en gana, ¿por qué no hacen que cuantos andan empollando una maldad evitable reciban el golpe y despidan llamas de relámpago en su pecho traspasado, duro escarmiento para los mortales, y en cambio quien no es culpable de ninguna fea acción se revuelve entre llamas, siendo inocente y queda preso y arrasado por el celestial torbellino y el fuego? ¿Por qué ademas atacan parajes desiertos y trabajan en vano? ¿Es que tal vez entonces están acostumbrando sus brazos y robusteciendo sus músculos? ¿Y por qué permiten que contra el suelo el dardo del Padre se despunte? ¿Por qué el propio padre lo deja y no lo reserva para sus enemigos? En fin, ¿por qué Júpiter nunca con el cielo por todas partes despejado arroja a la tierra el rayo y esparce el trueno? ¿O es que acaso cuando las nubes se le ponen debajo, desciende entonces hasta ellas para cerca desde allí apuntar bien el tiro del dardo? ¿Contra el mar ¿por qué razón también dispara? ¿De qué acusa a las olas, a masas de agua y llanuras inundadas? Además, si quiere que andemos precavidos ante el golpe del rayo, ¿Por qué duda en permitirnos que lo veamos cuando acaso lo dispara?; si quiere aplastar a los desprevenidos con su fuego, ¿por qué truena de la parte que sea para que podamos evitarlo?, ¿por qué antes provoca oscuridad, estruendos y murmullos? ¿Y cómo vas a creer que él dispare a la vez en muchas direcciones? ¿O no serías capaz de sostener que nunca ocurre eso de que en un solo instante se produzcan muchos golpes? Pero no, muchas veces ha ocurrido y es forzoso que ocurra que, tal como llueve y caen aguaceros en zonas diversas, igualmente se sucedan muchos rayos en un solo instante. Y por último, ¿por qué con el rayo dañino derruye santuarios famosos y moradas santas de los dioses, o quiebra estatuas de divinidades bien cinceladas y a su propia imagen la priva de esplendor con estropicio tan fiero? ¿Y por qué las más de las veces ataca parajes elevados y en las cimas de los montes vemos muchísimas trazas de este fuego suyo?"
                                                          Lucrecio, La naturaleza de las cosas

domingo, 22 de enero de 2012

El arte de amargarse la vida

El otro día pensé que el mejor libro de Autoayuda sería uno que enseñara a las personas desgraciadas a serlo totalmente, sin resquicio ninguno para la esperanza o enmienda. Y, como todas buenas ocurrencias, indagando en internet, he visto que un filósofo llamado Paul  Watzkawick me ha ahorrado la molestia de escribirlo, se titula "El arte de amargarse la vida" y, si sus consejos son eficaces, ese sí que sería un verdadero libro de autoayuda. Porque lo mismo que cuando intentamos con todas nuestras fuerzas estar contentos o alegres se nos pone un humor aún más sombrío; o cuando intentamos ser buenos a toda costa la boca se nos llena de espuma como a los perros rabiosos; o cuando queremos dormirnos sólo conseguimos aumentar el insomnio, si nos proponemos ser desgraciados en todos los momentos y circunstancias igual acabamos riéndonos de nosotros y hasta contando entre risas a la gente que queremos lo desgraciados que somos.

viernes, 20 de enero de 2012

Hacerse mayor

"Así pues, no es necesario que un príncipe posea de verdad todas esas cualidades, pero si es muy necesario que parezca que las posee. Es más, me atrevería incluso a decir que poseerlas y observarlas siempre es perjudicial, mientras que fingir  que se poseen es útil; es como parecer piadoso, fiel, humano, íntegro, religioso y además serlo realmente; pero, a la vez, tener el ánimo dispuesto para poder y saber cambiar a la cualidad opuesta si es necesario. Y hay que entender bien esto: que un príncipe no puede observar todas las cualidades que hacen que se considere bueno a un hombre, ya que para conservar el estado, a menudo necesita obrar contra la lealtad, contra la caridad, contra la humanidad y contra la religión. Por eso ha de tener dispuesto el ánimo a cambiar según le indiquen los vientos de la suerte y los cambios de las cosas y, como dije antes, no separarse del bien, si puede, pero saber entrar en el mal, si es necesario."
                                                            (Nicolás Maquiavelo, El príncipe )


martes, 3 de enero de 2012

Menos barro

"Pero lo que más que nada contribuye directamente a nuestra felicidad, es un humor jovial, porque esta buena cualidad encuentra inmediatamente su recompensa en sí misma. En efecto; el que es alegre, tiene siempre motivo para serlo, por lo mismo que lo es. Nada puede remplazar a todos los demás bienes tan completamente como esta cualidad, mientras que ella misma no puede reemplazarse por nada. Que un hombre sea joven, hermoso, rico, y considerado, para poder juzgar su felicidad la cuestión sería saber si, además es alegre; en cambio si es alegre, entonces poco importa que sea joven o viejo, bien formado o contrahecho, pobre o rico: es feliz."
"Así pues debemos abrir puertas y ventanas a la alegría, siempre que se presente, porque nunca llega a destiempo, en vez de vacilar en admitirla, como a menudo hacemos, queriendo primero darnos cuenta de si tenemos motivos para estar contentos por todos conceptos, o por miedo de que nos aparte de meditaciones serias o de graves preocupaciones; y sin embargo, es muy incierto que ellas puedan mejorar nuestra situación, al paso que la alegría es un beneficio inmediato. Ella sola es, por decirlo así, el dinero contante y sonante de la felicidad."
                                          Arthur Schopenhauer, Parerga y Paralipómena

jueves, 22 de diciembre de 2011

Escuchar villancicos no forma parte de la condición humana

Llevaba toda la tarde bastante mohíno hasta que de repente me he puesto contento sin saber por qué, que es la mejor forma de estar contento, pues según Bob Esponja la condición natural del ser humano es la alegría. Bueno, sin saberlo, hasta que me he dado cuenta de que como la fiesta del colegio de enfrente había terminado alguna mano amiga ha desenchufado los megáfonos que chorreaban villancicos sobre todo el vecindario.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Soltar lastre

Cuando veo a la perra haciendo caca en el solar pienso en que hubo un tiempo en que los hombres cagaban en público sin avergonzarse. El descampado de mi barrio no se parece a lo que me contaron sobre el Jardín del Edén. Allí no crecen manzanos sino acelgas silvestres, restos del último labrador que hasta hace poco estuvo arando a medio kilómetro de la plaza del Ayuntamiento. Además en el solar huele mal. Lo mismo no hubo expulsión del Jardín del Edén. Lo mismo el paraíso en la tierra terminó cuando alguien notó el mal olor de la caca de su vecino.  Dicen que en los Estados Unidos, una nación joven, algunos servicios públicos no tienen separación entre váteres. A lo mejor son la primera potencia mundial por esa desvergüenza juvenil. Un cuerpo viejo suele exhibirse con recato pero la juventud es airada, intempestiva, industriosa, inodora, útil, democrática y violenta. ¿Qué es preferible envejecer dignamente o rebelarse y hacer el mayor ruido posible? Pasar desapercibido es tan difícil que hay quien se suicida en un último intento porque se hable de él. Y hay quien lleva una vida tan digna y pulcra que cuando se muere nadie nota la diferencia.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Voz pasiva

En la última fila se sientan dos clases de alumnos. Los que no quieren que les vea y los que no quieren ser vistos. Los últimos tienen peor pronóstico.

sábado, 3 de diciembre de 2011

El amo de la chucha

El otro día mientras la Loba daba cabriolas mantuve una conversación con la dueña de Charli, una buena mujer que tiene un perro de caza tan extrovertido y vitalista como ella. Mi perra no es que le tenga especial manía, pero como es macho, no permite que le huela el culo.

- Tienes cara de pensar, seguro que estabas leyendo.
- Sí
- ¿Era libro o revista?
- Libro
- ¿Y qué libro, si puede saberse?
- Los Pensamientos de Pascal.

Animada por el pleno al quince, me comenta que ella es mujer de acción, que su marido ya piensa por los dos. Y mientras explica su felicidad conyugal me viene la imagen de la portada de Los Pensamientos: una calavera sobre un montón de libros y legajos antiguos. Algunos dientes se apoyan en ellos dando la impresión de que los muerde. Pero como buena calavera la falta la otra mandíbula. ¿Dónde estará? ¿Y la Loba, adónde ha ido a parar? Sigue con sus cabriolas. Me gusta su forma de rechazar a quien le cae mal sin más explicaciones que un par de ladridos. Me gusta su elegancia para encajar los castigos. Hasta para hacer caca la Loba es elegante, y eso que es su pose más humana, agachada, con los dos muslos blancos emergiendo en lontananza. Y me entran ganas de estar de un humor perro, solucionarlo todo con ladridos, oler más, leer menos. Pero estoy tan condenado a ser el amo como ella a ser la chucha. Tengo inteligencia. ¿Por qué no puedo usarla para volverme perro en los malos ratos? Entonces, ¿para qué sirve?, ¿para poner las tildes en el sitio?, ¿para entender a Pascal?

martes, 29 de noviembre de 2011

De interés para el votante

La industria de la corrupción

"Sostiene Don Antonio García Trevijano que la corrupción es connatural a la partidocracia. La lucha de las oligarquías de la partidocracia no se dirige a impedir la corrupción sino hacia su propia impunidad. Con cada caso de corrupción que ha saltado a la prensa, hemos asistido al grotesco espectáculo de los mil y un ardides de la clase política, más allá de lo que es la legítima defensa de los implicados, para deslegitimar a la Justicia, a la policía y a los medios de comunicación que se hacían eco de ellos.

Entramados societarios, prestanombres, testaferros, paraísos fiscales; pero también de la presión partidista frente instructores, fiscales y policías, con la finalidad intimidar a quines instruían, investigaban o acusaban, y para trasladar a sus fieles votantes la idea de que eran víctimas de una conspiración, que todo era una falsedad organizada para desprestigiar al partido, para restarle apoyo electoral.

Fernández de la Vega, hoy flamante miembro del Consejo de Estado, antes de cesar como Vicepresidenta del Gobierno, decretó la exclusión de responsabilidad civil de partidos y sindicatos por actos de corrupción de sus militantes. Privilegio al que ninguno de los partidos y sindicatos opuso objeción. Sin duda, el temor a que la Justicia descubriera que ciertas tramas de corrupción estaban autorizadas y dirigidas por las cúpulas partidistas o sindicales, y la conciencia del riesgo en que se encontraban, hizo que el silencio se apoderase de la opinión publicada.

Hoy, la corrupción impune es una verdadera industria; las oligarquías de la partidocracia, con la práctica, han ido depurando sus métodos y sistemas. Nada se deja ya a la improvisación. Han sido tocados los aparatos del Estado encargados de depurar responsabilidades civiles, criminales y administrativas. La reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que Caamaño promueve, tiene como finalidad la impunidad de la partidocracia, al poner la investigación criminal, hoy en manos de jueces inamovibles, en las de un órgano dependiente del ejecutivo, el Ministerio Fiscal.

No ha bastado a la partidocracia con que la policía judicial sea orgánicamente dependiente del Ministerio del Interior, de manera que el Gobierno se enterase antes que el instructor del resultado de las pesquisas policiales e, incluso se reserve el conocimiento de algunas de ellas. Ni era suficiente que el Fiscal General del Estado fuera nombrado por el Gobierno y atienda sus órdenes sin rechistar. Ni era suficiente que los miembros del CGPJ, que son quienes determinan los ascensos, traslados y deciden disciplinariamente sobre jueces y magistrados, sean nombrados por los partidos.

La corrupción del Estado de partidos está institucionalizada, forma parte del régimen de poder partidocrático, que además de no perseguirla, se blinda de sus consecuencias judiciales y hace cuanto está en su poder, que es mucho, para evitar que los escándalos de corrupción trasciendan a la opinión pública.

Desde el más insignificante puesto de trabajo en cualquier ayuntamiento de España, hasta el contrato público mejor dotados en los presupuestos oficiales, todo lleva el sello de la corrupción. Las decisiones políticas se adoptan en función de los rendimientos que la corrupción pueda deparar a quienes las toman, el interés público está, como los trajes viejos, colgado en un antiguo armario del desván cuya llave se ha perdido.

Hoy se puede denominar este régimen, sin temor a exageración alguna, Estado de Corrupción. La industria de la corrupción institucionalizada y generalizada cuenta con delegaciones partidistas, pero es una y sus reglas y blindajes se consensúan y silencian. Quién sabe si no tardando cotizará también en bolsa."
                                                                                                         
                                                                                 Jose María de la Red





sábado, 19 de noviembre de 2011

Por la abstención

Como hace una día nublado, ideal para esa jornada de reflexión que nos proponen los representantes de los partidos políticos, me he puesto a reflexionar como un descosido sobre los rotos de nuestro sistema político.

Y he aquí el resultado:

Una democracia se fundamenta en dos premisas fundamentales: representatividad popular y división de poderes. Aunque ningún tertuliano lo diga, no es difícil probar de forma irrefutable que el sistema político que gozamos no cumple ninguna.


En cuanto a la soberanía popular

Tú no eliges a tus representantes. Quienes los eligen son los jefes de los partidos políticos. Tú simplemente refrendas una lista, da igual si abierta o cerrada. Quien no obedece al amo no entra en la lista. Por eso en el congreso votan todos a una cuando el amo levanta el dedito. Una calculadora de 3 Euros haría sin problemas el trabajo de 350 diputados.

Para mayor aberración los partidos, son facciones del estado, puesto que los financia a través de nuestros impuestos. Y uno, gaste la demagogia que gaste, al final se debe a quien le paga. Son justo lo contrario de lo que deberían ser: representantes de la sociedad civil.

Para elegir de verdad es imprescindible que votar a un representante por distrito (barrio, pueblo) elegido por mayoría. Algo tan simple automáticamente convierte al elegido en representante de la sociedad civil puesto que se debe a los electores que lo han elegido.

De esta forma sería mucho mas sencillo y barato que incluso un particular con mínimos medios pudiera salir elegido diputado por cierto barrio.

Tampoco tenemos mecanismos para revocar los cargos si no cumplen con lo prometido. En una democracia, si cierto número de electores lo propone, se convoca un referendum para sustituir al representante corrupto o mentiroso, sea un diputado, un juez o un presidente de gobierno.

Es ingenuo pensar, como la mayoría de los muchachos del 15 M, que, dado el sistema que disfrutamos, un partido pequeño y angelical vaya a cambiar las cosas, porque lo perverso está en un sistema electoral diseñado para que los diputados, por mucha buena intención que tengan, den la espalda a la sociedad civil.

En cuanto a la división de poderes.

La democracia desconfía de las buenas intenciones de los gobernantes. El poder corrompe, y mucho. Por ello en un sistema democrático es imprescindible que haya poderes independientes que se vigilen mutuamente.

En nuestro sistema todos los poderes (dejando de lado los fácticos contra los que un representante de la sociedad civil podría al menos rebelarse) están en una sola mano: la del jefe del poder ejecutivo.

Estas elecciones, en teoría, son legislativas, sin embargo, sirven para elegir al jefe del ejecutivo y a los órganos de gobierno del poder judicial propuestos y elegidos según el criterio del partido que ha ganado las elecciones. En democracia hay sendas elecciones independientes para los tres poderes.

En esta situación no es de extrañar que las televisiones públicas, las cajas de ahorro, los sindicatos, que se financian por dádivas estatales, y hasta los directores de instituto estén al servicio del partido que gobierna.

¿Votarás tapándote la nariz? ¿El discurso del miedo volverá a vencer? ¿Votarás a Pinocho, al que no dice nada, o a los de las buenas intenciones? La única arma que poseemos es la de no sumarnos a los participantes de esta mascarada postfranquista.

Y conste que a mí también me cae mal Rajoy.


sábado, 12 de noviembre de 2011

Antípodas

Leyendo los Pensamientos de Pascal, Lobo queda tan impresionado que decide permanecer una año en silencio y, acto seguido, esa misma excitación le lleva a proclamar su voto de silencio en la red, no sea que a algún neozelandés desconocedor de sus pías intenciónes se le ocurra entablar conversación con él.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Teoremas del día


Como está nublado y cualquier elogio del paisaje será desmentido cuando salga el sol, Lobolucas se arriesga a correr las cortinas y ensimismarse en pensamientos metaliterarios, esos abismos inmutables, casi uterinos, donde uno puede ver liebres nadando y saludarlas sin mucho sobresalto por ninguna de las partes.

Llega a las siguientes conclusiones que pasa a enumerar:

I
Cuando escribe pensando en los lectores se pone de mal humor y se bloquea. El trabaja para la posteridad. Le gusta es ese diálogo del escritor consigo mismo donde yo siempre le da la razón a yo.

II
¿Qué es lo que hará un tonto con un lapicero para quererlo tanto?

III
¿Podría crecerle la nariz hasta el punto de poder describirla con tanto detalle que fuera innecesario descorrer las cortinas? ¿Compensará ser bizco de por vida con tal de tener tema de escritura?


Llegados aquí, sosa e insistente como la canción del verano, se instala en su cerebro la imagen de la cara de Mariano Rajoy. Abre las cortinas y pasa el resto del día llevando la cuenta de las hojas que caen en los árboles de enfrente con los ojos como platos.

domingo, 30 de octubre de 2011

Pan o circo

El otro día (me ponen de buen humor las acotaciones temporales cuando escribo para la posteridad), yendo por el pasaje hacia el descampado me crucé con Íter, un dálmata que se crió con mi perra cuando el parque era parque y no parking. Como en la infancia todos nos parecemos, durante un tiempo fueron amigos, hasta que Íter se dio cuenta de que, además de perder todas las carreras, era acuático y Loba, que es de secano, se negaba a seguirle cuando se metía en la desmesurada fuente de la plaza Tierno Galván. Entiendo que fue Íter quien percibió los desplantes de la Loba, porque ella, puro instinto, no está muy dotada para la fidelidad, el sentimentalismo o la sabiduría. Ahora mismo está tumbada a mi izquierda, calibrando la parte de sol y sombra, de alfombra y suelo, que su instinto le dicta para un treinta de octubre. Si los ángeles tuvieran patas en vez de alas serían como ella: rubios, inocentes, asexuados y ubicuos porque están en todas partes, pero si los buscas no los encuentras en ninguna.


Decía que sospechaba que Íter es mucho más listo y entregado que mi perra. Volviendo al principio, el otro día, a una orden de su dueño lo vi sentarse, dejarse colocar en medio del cráneo una aceituna; permanecer estático con ella unos segundos hasta que, a otra señal del dueño, giró la cabeza cazándola en el aire. Si hubiera escupido el hueso, la escena, de tan perfecta, habría sido más propia de un dibujo animado. Pero no, el dálmata se tragó el hueso, demostrando que nadie es perfecto y destruyendo el primer argumento que elaboré al salir de mi estupefacción para que mi perra y yo no saliéramos demasiado malparados: los dálmatas nunca debieron salir de la ficción animada. Refutado éste, roussoniano y nostálgico, razoné que lo que Íter había ganado en sabiduría circense lo había perdido en instinto. Si ya tengo dudas, de que para las personas la educación circense, única que se oferta, represente una ventaja, aseguraría que en el caso de los perros es una desgracia. Mi perra, sin yo pretenderlo, más bien haciendo de la necesidad virtud, ha sido criada en libertad. También recordé la pena que me daban los animales del circo. En fin, sea como sea, prefiero que mi perra no razone.


Después, mientras buscaba a la perra por las zonas menos limpias del descampado, argumenté que hay personas que no tienen nada mejor que hacer o perros que no tienen otra alternativa. De este útimo consuelo, que apenas creí, pasé a la melancolía. La Loba y yo tenemos demasiada faena y demasiado disímil. Nos ignoramos mutuamente. Si razonara un poco, al menos saldría por la puerta de la calle a hacer uso de su instinto cuando le placiera. Y yo no tendría que levantarme ahora mismo y dejar de escribir para acompañarla al descampado.


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sábado, 22 de octubre de 2011

Tiempos revueltos

Leonard Cohen, sombrero en mano, inclina toda su estatura y elegancia ante Don Felipe y Doña Leticia a fin de recibir un cheque. ¿Hubiera hecho mejor renunciando al premio? ¿Se puede estimar económicamente la caída en la cotización del mito? ¿Y moralmente? ¿Podría, sin renunciar al premio, haberse saltado el protocolo? ¿Estaría la reverencia estipulada entre las obligaciones de los premiados? Y en caso de estarlo. ¿Podría haber presentado un certificado médico alegando problemas cervicales? Me acuerdo del ridículo que hizo Rafael Alberti, quien seguramente también inclinó su cabeza ante el rey, presentándose a recoger el Cervantes con su blusa marinera. Y anoche leí esta frase poliédrica y revuelta de un tal G.I. Gurdiejff, que condena a Alberti y exonera a Cohen: “exteriormente cumplir un rol; interiormente no identificarse jamás.” Luego me dormí, tuve pesadillas y las certezas de la noche se convirtieron en dudas por la mañana. Lo que es incuestionable es que Leonard Cohen estaba mucho más elegante cuando lo vimos agacharse para luego desplomarse en la cuarta canción del concierto de Valencia. Y como la elegancia también cotiza en bolsa, las dudas persisten. Y más teniendo en cuenta que su asesor financiero ya le timó una vez.

martes, 11 de octubre de 2011

Joaquín O. Giannuzzi

Esta entrada se ha hecho esperar lo suyo. No quería lanzar las campanas al vuelo sin haber leído varias veces este libro para cercionarme de que, en verdad, no me engañaba. El jueves pasado en el Autorex, ida y vuelta Valencia-Madrid, ocho horas para leer sin interrupciones, lo leí de nuevo disfrutando cada verso como hace tiempo que no disfrutaba de un libro de poemas escrito en español. A veces hasta repetía algún verso en voz alta, despreocupado de que mi vecino de viaje pensara que se sentaba junto a un loco. Y, ciertamente, en ese momento, lo estaba, porque “Señales de una causa personal” el cuarto poemario de los doce que componen la abundante obra del poeta argentino Joaquín O Giannuzzi, me ha gustado con locura. La obra completa es un grueso volumen que reposa ahora mismo inocentemente a mi izquierda en el sofá, disimulando ladino que es una auténtica bomba lanzada contra cualquiera que lo abra y se disponga a leerlo con un mínimo de honradez. Porque la poesía de Giannuzzi es, ante todo, honrada: nunca se vende por una imagen hermosa o un verso ocurrente. Y también, pese su apariencia ceniza, es poesía que manifiesta una infinita piedad por los seres y las cosas. Porque de Joaquín Giannuzzi, que murió en 2004, se puede asegurar que fue un hombre de corazón ancho que amó, sintió y supo poner en palabras y sin patetismos la inmensa contradicción de saberse finito y destinado a la muerte. Como los escritores que me gustan Joaquín Giannuzzi no cambia de tema ni necesita reinventarse a sí mismo en cada libro, tampoco se ve afectado por los vaivenes de las modas. Tal vez por ello, en los años del boom de las letras hispanoamericanas, los de la literatura “comprometida”, folclórica o estilosa, Giannuzzi fuera un perfecto desconocido incluso para los poetas argentinos de su tiempo. Su tema, ¿acaso hay otro?, es el de la aceptación resignada del acabamiento y al mismo tiempo la rebeldía ante la finitud de nuestro mundo personal. La de Giannuzzi es una poesía meditativa, urgente, que nunca sermonea ni se pone enfática o ensimismada. Una poesía que al modo de los clásicos plantea un tema, lo desarrolla y remata sin trampa, fragmento o cartón. Una escritura que casi siempre parte de una imagen cotidiana: la vista de una gallina picoteando a través de una ventana, el mostrador de una carnicería, un vertedero, un accidente de tráfico (fue redactor de sucesos en el diario “Crítica”), una dalia en un jardín, una antigua fotografía..., imágenes todas ellas que permiten al poeta reflexionar y alzarse hasta cimas insospechadas de conocimiento al alcance de cualquier lector. Todos somos Giannuzzi, podríamos decir, porque en el fondo todos estamos hechos de la misma sustancia perecedera. Cierto es que esa mezcla de rebeldía y resignación, difícilmente podría ser de otra manera, se manifiesta a veces en forma de un humor negrísimo por el que el poema respira; humor que nunca, por fortuna, es irónico porque el poeta argentino no se disfraza ni tiene cuentas pendientes con nadie, como no sea consigo mismo. Poesía también social en el sentido más amplio y noble del término, entre otras cosas porque disecciona sin piedad a una clase media argentina cómplice por omisión de un horror, de la que él formó parte. De la que casi cualquiera, porque son malos tiempos para la épica, hubiéramos podido formar parte.
Y poco más. Agradecer a la Fundación Sibila del BBVA la edición de esta obra completa, me complace saber que al menos una mínima parte del dinero de mi hipoteca haya servido para editar la obra completa de este poeta inmenso con un emotivo prólogo de Jorge Fondebrider.
Hay varios poemas accesibles y hasta una de sus libros:”Violín obligado”, en la red. Dejo aquí, a modo de muestra, dos poemas de los más de cien que componen “Señales de una causa personal”, el libro suyo que prefiero.

El hueso de la gaviota
Breve y liviano sobre la playa, aéreo
el último hueso de la gaviota
aguarda la disolución en manos de los elementos.
No está previsto un accidente
que modifique la situación.
El sólido cuerpo del planeta
también espera,
pasivamente espera y con dulzura
el retorno del hueso a su garganta.
Cincuenta millones de años
contra unas semanas de vuelo.
No hay injusticia en la proporción
sino confianza y un pulido equilibrio
entre el agua el viento y la temperatura solar.
Y allí de pie, el poder humano,
buscando en el cielo un agujero
donde meter la cabeza y si es posible
una eternidad independiente
de uso privado y esqueleto propio.

El buitre y yo

Desde lo alto el buitre
ausculta la agonía del caballo.
Pronto caerá la noche, el buitre
se da tiempo.
....................Todo se cumplirá, no hay error
que impida el desayuno
bajo el sol de la próxima mañana.
También a mí la sombra
me empuja a la guarida.
Pero enciendo una lámpara
y me construyo un universo humano.
Hay demasiados nervios en mi ojo más apto
para esperar dormido
la gracia del día siguiente.



viernes, 30 de septiembre de 2011

Un millón de amigos

Mientras esperaba a que saliera el café de la cafetera me he puesto a jugar a las correspondencias y he pensado que quienes prefieren la Ilíada a la Odisea, prefieren Nacho Vegas a Antonio Vega, Dylan a Cohen, El Coyote a Correcaminos, Machado a Vallejo, Los Hermanos Karamazov a Anna Karenina, Salinger a Kafka y así un montón de elecciones todas muy difíciles. Luego he pensado que bastante tenemos con madrugar, con que no sea fin de semana toda la semana, con que nos toque en una cena enfrente de quien nos cae mal, con que casi nunca pique una dorada, con no poder tomar una cerveza cada noche con quien nos gustaría, como para encima tener que renunciar a la mitad del mundo. Y ya estaba a punto de elegir entre volverme sicópata o ponerme a llorar como un niño castigado sin postre cuando la cafetera se ha puesto a silbar y he apagado el fuego corriendo para no tener que elegir entre tomarme el café quemado o llegar tarde al trabajo.

lunes, 19 de septiembre de 2011

El chino y yo quedamos satisfechos

Esta tarde he sacado punta al lápiz nuevo, me he sentado al escritorio, y cuando me he puesto a escribir, nada. Y no me refiero a ninguna crisis de inspiración. Cuando digo nada, digo que por mucho que apretara la mina contra el papel el lápiz no escribía. Vaya, que no funcionaba lo mismo que una tele o una lavadora cuando se estropean o vienen con defecto de fábrica. En cualquier caso, pienso seguir comprando en el bazar chino porque poder mirar las cosas con ojos nuevos y mantener intacta la capacidad de asombro, son dos cualidades mucho más importantes para un escritor que los útiles del oficio que siempre podrá procurarse en El Corte Inglés.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Karamazov's dream

Es triste reconocer que la lectura, ni siquiera la de Dostoievski, nos mejora. Porque para captar una novela de Dostoievski en toda su plenitud nos haría falta una grandeza de corazón que es precisamente la que nos podría proporcionar el libro si fuera captado en toda su plenitud...



viernes, 2 de septiembre de 2011

Un gatito llamado A

A la pregunta de si gatito o Meninas, una gata o una persona que me caiga bien contestaría que gatito, un esteta o alguien que me caiga mal diría que Meninas. Y yo..., yo trataría de salvar a los dos contraviniendo las premisas y precipitando la catástrofe para gatito y Meninas, o aún peor, me quedaría dudando qué salvar con lo cual gatito y Meninas se quemarían dócilmente ante mis ojos misericordiosos y culpables, o lo peor de todo, mientras buscaba un traje ignífugo o un extintor dejaría que fuesen pasto de las llamas. En fin. Un colega y yo lamentábamos hace un tiempo la muerte de Foster Wallace por los libros que dejó de escribir. Y ahora me pregunto porqué no desearle una vida larga y feliz por él y por los futuros libros suyos que hubiéramos disfrutado. ¿Por qué nos dejamos meter en esos callejones sin salida de la lógica para salir siempre malparados con nosotros mismos?


jueves, 25 de agosto de 2011

Santos de cuatro patas

Porque los perros como los humanos son animales de costumbres, la Loba tiende a hacer caca en los mismos sitios y a las mismas horas, lo que significa que yo agacho el lomo dos veces al día en los mismos sitios y a las mismas horas. En el último paseo, pasada ya la medianoche, suele hacerlo en la acera de la calle Almazora. A riesgo de que me llamen guarro relataré mi conflicto con esta última caquita nocturna. Suelo recoger el 90% de las deposiciones de la perra, y eso que no concibo mayor humillación que agachar el lomo para recoger la mierda de un perro. Por la noche, cuando no hay espectadores, entran en conflicto mi civismo y mi mala conciencia frente a mi orgullo y mi pereza. Se trata de un conflicto en estado puro, en este caso mi mano derecha no sabe lo que hace mi mano izquierda, como aconsejaba Cristo en maravillosa metáfora acerca de lo intachable que debería ser nuestra vida privada. Resultado: agacho el lomo aproximadamente un 50% de las veces. La otra mitad me alejo de la deposición pensando en que a esas horas no pasará nadie, y en que para el día siguiente ya estará seca y será inodora e inofensiva para cualquier zapato desprevenido. Después me duermo pensando, ya con mayor abstracción, en ese córtex cerebral hipertrofiado con que nos ha dotado la naturaleza, capaz de justificar cualquier comportamiento. Y si alguien tira la primera piedra que piense que Cristo le reconvendría por ello, y en si su vida privada es tan intachable como la pública. A no ser que tenga cuatro patas, apuesto a que no.

lunes, 8 de agosto de 2011

Ligeras de equipaje

Podría pensar que fue un sueño, o un espejismo provocado por el sol de la tarde en la Patacona, o una fantasía fruto de los calores veraniegos, pero no, toda la playa estaba allí tan asombrada como yo para atestiguarlo. Y esto es lo que sucedió: estaba yo enfrascado en los Hermanos Karamazov, un poco molesto por el volumen del libro (1300 páginas, bolsillo) que te obliga constantemente a cambiar de postura, cuando a mi derecha, por el rabillo de ojo ví a tres muchachas de pie en topless, gráciles y esbeltas, como sirenas, pero con unas piernas y un cuerpo precioso en lugar de colas y escamas. Tan hermosas eran, que no sabría decidirme por una y despreciar las otras dos. Y en eso que dos de ellas se quitan la parte de abajo del biquini, y riendo y brincando, medio tapándose con las manos o señalando (no lo sé ni estaba en ese momento para sacar conclusiones) ese lugar objeto del máximo deseo, se meten en el mar y de pie en el rompeolas se ponen a dar saltitos y jugar en el agua. Luego, la que se había metido con unas braguitas moradas se las quita y empiezan con gran jolgorio a tirarse unas a otras las braguitas. El mar las tapaba y destapaba, según la generosa voluntad del oleaje. Yo, también me tapaba, pero la cara con el libro para disimular mi devoción por la escena,. Hasta estuve valorando la posibilidad de meterme en el mar y bañarme desnudo, tan alegre y contento como ellas. Pero ,¿cómo afear con mi cuerpo semejante milagro? Los humanos de a pie en esas situaciones reaccionamos con una raro respeto; la playa dejaba un círculo de un radio de unos treinta metros para que las muchachitas siguieran a lo suyo sin ninguna molestia. Era pleno atardecer y el sol resaltaba la blancura de su piel con todo el amor que la luz proyecta sobre las cosas bonitas; el juego continuaba, y la playa seguía feliz y contenta su alegría, todos olvidados (estoy seguro) de sus propias miserias y problemas, salvo una heladora e insensible pareja que, para mi disgusto, se puso a jugar a las palas justo enfrente de donde yo estaba. Pero no podía moverme de allí, cualquier movimiento para buscar mejor ubicación hubiera roto la magia y quien sabe se hubiera terminado tan abruptamente como llegó. Además, la corriente las arrastraba hacia el sur en la dirección del viento de garbí, fuerte en esos momentos, alejándolas más y más de donde tenían la ropita, lo que me permitía mirarlas con menos descaro.

Me puse a pensar en cómo volverían: ¿andando por la orilla?, ¿caminando por el mar contracorriente?, ¿volando como angelitos? A medida que el tiempo pasaba se olvidaban de su desnudez mostrándose en todo su esplendor y hasta con un puntito de exhibicionismo que todos perdonábamos y bendecíamos. Eran un regalo del sol para el regocijo de nuestra vista cansada. Eran intangibles como ángeles, aunque profanas y corpóreas. Toda la playa, salvo la pareja coñazo de las palas, seguía atenta a la ceremonia guardando profundo respeto y veneración. Después de intentar regresar por el mar, decidieron que no estaban para esfuerzos inútiles, que mejor volver paseando ligeras por la orilla como si tal cosa, a ratos sonreían y se tapaban como niñas después de una travesura. Y, sí, pasaron por delante de mí, sin reparar en mi presencia ni en la de nadie, Yo me agazapaba detrás de Dostoievski, sin valor ni desvergúenza para contemplarlas de frente. Cuando llegaron a su ropita se vistieron y se fueron caminando hacia el sur por la orilla. Las ví hasta que se perdieron a lo lejos. Nadie aplaudió, ni las siguió, mejor no saber adónde fueron, ya que no supimos de dónde llegaron, y quedarnos con la lección que nos dieron para nuestro mejoramiento y provecho: la magia está ahí, a la vuelta de la esquina, o junto a la acequia de Vera, sólo hace falta prestar atención. Esta tarde he vuelto a la Patacona, me he leído cien páginas de los Hermanos Karamazov, a lo mejor se ha repetido ese hechizo u otro, pero no estaba atento.


miércoles, 27 de julio de 2011

El mar, siempre tan joven

Ayer, primer día de mar en calma de este extraño (y no sólo por el clima) mes de julio, me metí en el mar a la altura de la acequia de Vera, dispuesto a liberarme de todo el estrés veraniego. La cosa, en principio, fue bien. Dos piezas de buen tamaño. Después se levantó un viento del norte, débil y racheado al principio, y luego constante y cada vez más fuerte, En altamar se formaban crestas de espuma (borreguitos), señal de que uno debe largarse inmediatamente. El agua entraba en el kayak. A lo lejos, el mar se ondulaba en siluetas de sombríos gigantes. Recordaba añorante mi vida muelle: la cama con los Hermanos Karamazov esperando en la mesilla de noche. Pero la avaricia pudo más que la molicie, así que permanecí un par de horas, y sobre la una y media puse rumbo a la playa, no del todo consciente de la rompiente que me esperaba. Salvé la primera ola con toda la dignidad posible, pero la embarcación se atravesó en la rompiente y en la segunda ya no puede hacer nada: naufragio con pérdida de todo menos de la llave de coche que, por puro despiste, llevaba en el bolsillo del bañador, y del botín: una bolsa de mercadona (2 céntimos) que sujetaba entre los dientes como un bucanero su cuchillo. Dos conclusiones fáciles: la primera, que tropiezo siempre en la misma ola ,y la segunda que a la fauna marina de la Patacona la dimisión de Camps no parece haberle afectado en lo más mínimo.

miércoles, 13 de julio de 2011

Demasiado bonito para ser atún (continuación)

...no sabe si con la cabeza o los dedos, con lo que una duda se suma a la otra hasta que la cerilla, que ha ido ardiendo indiferente a su retórica, le quema la mano dándole una razón positiva e incuestionable para decir ¡AY!


martes, 12 de julio de 2011

La costa suiza II

Mercadona: te cobran una bolsa que les hace propaganda. Ellos aumentan sus ingresos en muchos miles de Euros y se lavan la conciencia medioambiental. ¿Y tú qué ganas? ¿Acaso sería mejor que siguieran regalando las bolsas?


Probablemente no, y ahí está la gracia, en que apuestes lo que apuestes, siempre gana la banca.

En la costa suiza

Un turista se fija en la encantadora escena de un pescador, vestido humildemente, que sestea apoyado contra un bote de remos varado en la arena. Le hace una foto, le ofrece un cigarrillo y entablan conversación:

"Hace buen tiempo y seguro que hay pesca, ¿qué hace usted durmiendo en lugar de salir a pescar?"

"Ya pesqué lo suficiente esta mañana"

"Pero imagínese" replica el turista, "que saliera al mar tres o cuatro veces al día, capturando tres o cuatro veces más pescado. Después de un año podría comprarse una lancha a motor, al año siguiente varias más, y tras varios años podría adquirir un barco de pesca de buen tamaño. Algún tiempo después podría construir una fábrica de salazones o una planta de congelados, más adelante incluso podría disponer de un helicóptero para localizar barcos de pesca y guiar a sus barcos. Incluso podría disponer de una flota de camiones para llevar el pescado a la capital..."

¿"Y entonces"?, pregunta el pescador

"Entonces", culmina el turista en tono de triunfo, "podría usted estar sentado tranquilamente en la playa, echar un sueñecito al sol y contemplar la belleza del océano."
(Heinrich Böll, tomado de Jorge Riechmann, Una morada en el aire)



sábado, 2 de julio de 2011

Demasiado bonito para ser atún

Lobo enciende una cerilla después de varios meses y observa que sus dedos tienen una memoria y una destreza que a él ya le empiezan a flaquear. Cree entonces que si pensara con los dedos sus descripciones serían mucho más atinadas, pero como este mismo pensamiento no ha sido formulado con los dedos le hace dudar.

sábado, 25 de junio de 2011

En defensa del consumidor

Dos huevos nunca son iguales para quien los pone, pero a quien se los tiene que comer suele faltarle sutileza para distinguirlos.

sábado, 18 de junio de 2011

Gallito ciego

Un gallo deja de serlo cuando se da cuenta de que cante o no, el sol sale igualmente.

viernes, 20 de mayo de 2011

Última hora

Por cierto que esta tarde en la Plaza del Ayuntamiento me he puesto a repartir unos cientos de copias de un panfleto que he escrito con los puntos recogidos abajo, y uno de los organizadores de la protesta, con un chaleco amarillo reflectante y una chapa con su nombre a la altura del pecho al que le había ofrecido humildemente mi panfletillo, me ha increpado de muy malos modos diciendo que yo no podía repartir ningún tipo de información que no fuera la decidida en la asamblea. Le he contestado que para lo joven que eran él y su movimiento ya apuntaba maneras de político-profesional-hijo-de-la-gran-Proporcionalidad (bueno, las cinco últimas palabras me las acabo de inventar). Después ha añadido que de continuar se vería obligado a avisar a la policía, yo le he dicho que adelante, pero cuando ha levantado la cabeza y visto la cantidad de gente que había leyendo mi panfletillo, ha debido pensar que no era una buena idea y lo ha dejado correr. Naturalmente, yo he continuado mi labor docente hasta agotar las fotocopias, más despagado que asustado, la verdad. Si la concentración hubiera sido de España 2000 me hubiera asustado de verdad, pero no se me hubiera ocurrido ni acercarme.

jueves, 19 de mayo de 2011

Democracia real (la ineludible abstención II)

Sigo con atención el movimiento popular espontáneo Democracia Real Ya. Ahora mismo vengo de la concentración en Plaza del Ayuntamiento. He leído su manifiesto y escuchado algunas de las propuestas de la gente allí reunida.




Y sí, simpatizo, y mucho, con las intenciones y también me indigno, pero ni con las buenas intenciones ni con la indignación basta. El infierno está empedrado de ellas. Por eso, una vez más escribo este post para hacer un llamamiento a la abstención. Si se trata de depositar un voto, mejor hacerlo en el lugar apropiado para las deposiciones.




Explicaré, brevemente, puesto que hay otro post titulado “La ineludible abstención” con motivo de las europeas de 2010, cuál es el origen de todo los males que afectan a nuestro sistema partitocrático, es precisamente lo que esos muchachos piden por los micrófonos: LA PROPORCIONALIDAD que crea escaños que no son de nadie salvo del partido a quien se deben los elegidos. Quien elige es el partido, si votas, en todo caso refrendas.




Para ello es indispensable un sistema mayoritario a una o dos vueltas en el que los candidatos, sean de un partido o independientes compitan por cierto distrito electoral pequeño. Quien recibe más votos se lleva el distrito. De esta sencilla manera el elegido representa al ciudadano (también al que no lo ha votado) y no a su partido. Para ello es fundamental que las candidaturas sean uninominales. Todavía recuerdo a la gente haciendo cola en Londres ante las oficinas de sus representantes para plantearles propuestas.




Pero también, puesto que la democracia es soberanía popular y DIVISIÓN DE PODERES, es indispensable:




Un poder judicial independiente elegido por los ciudadanos o por las distintas asociaciones de juristas. No es de recibo que quien debe velar por el cumplimiento de la ley sea elegido por quienes deberían (que tampoco lo hacen, lo hace el ejecutivo en el que se concentra todo el poder) legislar.




Y abundando en la división de poderes:




Elecciones legislativas y presidenciales separadas para evitar que todo el poder esté en manos del ejecutivo como sucede en España. Esto implica naturalmente la derogación de la monarquía y la instauració de una república donde el Jefe del Estado es su presidente elegido por el pueblo.




Reformas que sólo son posibles si una asamblea constituyente elegida por los ciudadanos deroga la actual constitución y redacta una nueva que recoja los puntos mencionados arriba.




Democracia real es soberanía popular y división de poderes ni la una ni la otra existen en España, por ello votar aunque sea en blanco es legitimar un sistema que es herencia directa del franquismo.




Estos requisitos, indispensables para una democracia, naturalmente, pueden perfilarse y desarrollarse, pero ni son opinables ni discutibles ni me los he inventado. Son ciencia o incluso técnica política elemental.

NO CEDAS A LOS BAJOS INSTINTOS. EL DOMINGO SI QUIERES VE A MISA, PERO ABSTENTE.

sábado, 14 de mayo de 2011

Ay marinero

Su autoestima ha llegado a tal punto que si deshace un nudo no se le ocurre otra cosa que alabar la inteligencia de quien lo hizo.