lunes, 28 de septiembre de 2015
El instituto
Lo pueblan profesores, alumnos, personal de secretaría, dos conserjes y una docena de gatos que son los únicos que entran y salen libremente del recinto.
Doméstica labor
Esto de ir trasegando la única bombilla sana de portalámparas en portalámparas tiene que acabarse: no está muy lejano el día en que la única luz de esta casa sea la del monitor...
miércoles, 16 de septiembre de 2015
Lluvia
La otra tarde en la galería sin saber muy bien como desalojar el agua de lluvia acumulada en el plástico que la asistenta había puesto para proteger la ropa tendida. A final, lo inevitable, un chorro de agua que cae y la señora de la planta baja que sale haciendo aspavientos y mira a este vecino que hace tiempo tiene catalogado por un irresponsable con sus ojos severos y aumentados por la hipermetropía que tan bien conozco del ascensor. Y yo esta vez, que en lugar de una disculpa, le digo que a qué escandalizarse si esa agua que ahora cae en diferido le pertenece desde hace ya bastantes días.
jueves, 30 de julio de 2015
Vigilia
Tiene cojones que en mis noches de insomnio pueda leer desde la cama con toda claridad las enormes letras mayúsculas y anaranjadas que en la marquesina de una tienda de Primado Reig refulgen anunciando el salón de descanso el lirón
martes, 28 de julio de 2015
Obras pías
“Acababa de descubrir un beneficio absolutamente inesperado de mi conducta criminal: haber incurrido de veras en el mal le permitía a uno actuar como un hijo de puta también con quienes se lo merecen de verdad y sólo entienden ese trato”.
Salvador Benesdra "El traductor"
Salvador Benesdra "El traductor"
sábado, 18 de julio de 2015
Monstruoso intelecto
Unos versos de Auden y la respuesta de Orwell
Today the deliberate increase in the chances of death
The concius acceptance of guilt in the necessary murder.
Hoy el deliberado incremento de las posibilidades de morir
La la aceptación consciente de la culpa ante el crimen necesario.
Today the deliberate increase in the chances of death
The concius acceptance of guilt in the necessary murder.
Hoy el deliberado incremento de las posibilidades de morir
La la aceptación consciente de la culpa ante el crimen necesario.
But notice the phrase 'necessary murder'. It could only be written by a person to whom murder is at most a word. Personally I would not speak so lightly of murder. It so happens that I have seen the bodies of numbers of murdered men – I don't mean killed in battle, I mean murdered. Therefore I have some conception of what murder means – the terror, the hatred, the howling relatives, the post-mortems, the blood, the smells. To me murder is something to be avoided.
Pero reparemos en la frase el necesario crimen. Solo puede escribirla una persona para la que el crimen es a lo sumo una palabra. Personalmente, yo no hablaría de la muerte tan a la ligera. Sucede que he visto numerosos cuerpos de hombres asesinados. No digo muertos en el campo de batalla, digo asesinados. Por ello tengo alguna noción de lo que un significa un crimen: El terror, el odio, los aullidos de los parientes, los cuerpos tras morir, la sangre, el olor. Para mí el crimen es algo que debe evitarse.
Ok
Mi desocupación ha llegado hasta el punto de preguntarme hoy porqué la arena, tan blanca ella, se oscurece al mojarse. Y estaba a punto de dejarlo correr como esos granos oscuros que se van por el desagüe, cuando me encuentro esta respuesta yahoo:
. "Todo tiene que ver con el fenómeno de la dispersión, esto es, el número de colisiones que sufre el rayo de luz antes devolver a salir a la superficie.
Los granos de arena mojada están recubiertos por una fina película de agua. Esto hace que el cambio de dirección de los rayos de luz sea menor y por tanto, se verifiquen más colisiones que en el caso de que la arena esté seca.
De hecho, la luz necesita un mínimo de seis para salir al exterior mientras que le basta con dos en la arena seca. Al sufrir más colisiones, la luz pierde intensidad y por eso vemos la arena mojada más oscura.
OK?"
lunes, 13 de julio de 2015
Roedores
Hace tiempo un compañero del instituto más sabio y más mayor que yo me dijo que sobre cierto asunto candente no tenía opinión. Yo le regalé el discurso de aceptación del Nobel de Szymborska: "Elogio de la duda". Ahora que todo el mundo habla y opina sobre Grecia me gustaría no tener tampoco opinión, porque carezco de datos y también por pereza y ganas de desalojar un poco la cabeza. Pero el caso es que la he tenido, desganada, y lo que es peor, cambiante según quién fuera mi interlocutor. Dicho esto, creo que este poema, de los menos áridos de los que conozco de Alberto Girri, contiene todas las opiniones sobre el asunto griego o sobre cualquier otro del que hablemos sin tenerlo ante los ojos.
De la vida doméstica
Quien,
tras apelar a la estricnina
la desecha por temible
arma de doble filo, exterminadora
de roedores pero también
de compañeros de hogar,
útiles presencias,
y quien sueña
rehabilitar a los gatos,
devolverles su anárquica
ferocidad, aletargada
bajo blandas manos,
asépticas comidas.
Quien,
adquiriendo versación en drogas
que provocan derrames internos,
asegura la mortalidad
de varias generaciones,
hasta que ve agotar su eficacia, drogas
que pasan a la condición de estimulantes
del apetito de las grandes ratas,
y quien, inocente o descabellado,
predica sustituir los gatos
por serpientes, mangostas,
y es pagado con irrisión, el fracaso
de que nadie se pliegue a convivir
en bodegas, sótanos, graneros,
con tan peculiares cazadores.
Y quien
enciende el estupor, aterroriza,
con la precisión de sus cálculos,
anunciando que cada rata, imperturbable
dueña de la vida como propósito
que ninguna intimidación aplacaría,
sigue afanada en extraer de sí
doce crías anuales,
a razón de diez
ratitas por camada.
Alberto Girri
El camino total.
"Sabía que había otra vía. Sabía que existía todo un mundo diferente donde los actos no consultan a cada paso a los pensamientos para atreverse a ocurrir"
Salvador Benesdra
Salvador Benesdra
sábado, 27 de junio de 2015
inalámbrico e inteligente II
También, y en referencia a lo anterior, deduzco que tengo que limpiar el monitor porque había dado por bueno como tilde el manchurrón que había sobre la segunda "a" de inalámbrico...
inalámbrico e inteligente
Por cierto que el corrector me ha subrayado en rojo varias veces inhalámbrico, y yo, hache que hache, hasta que he caído en la cuenta de que el smartphone no se inhala...
sábado, 6 de junio de 2015
En el nombre del burro
Paso con la bici, y como voy despacio
porque la loba cuando volvemos a casa se deja llevar y debo de tirar de ella, escucho, nítido, el diálogo de una pareja junto al recinto del burro que hay en la huerta: "Se parece al burro de Sancho Panza, ¿Cómo se
llamaba?", dice ella. "Platero", contesta él con el aplomo de
las buenas causas. No digo nada, y eso que a la velocidad del trote cochinero
de la loba me hubiera dado tiempo de sobra a replicar. En el fondo pienso que
el burro de la huerta no merece el nombre del burrito bobalicón y cursi de Juan
Ramón. Así que continúo mi penoso viaje y cuando llego a la altura de la
Ronda Norte me felicito por haber callado. En el largo trecho de acera que hay hasta el
semáforo con el viento en la cara y la perra a mi espalda medito los motivos de
mi silencio: tampoco yo sé cómo se llamaba el jumento de Sancho, ni el que
teníamos enfrente, a veces dudo hasta de mi propio nombre, no me gusta poner en
evidencia a los jóvenes, ni crear sombras de duda en el amor, no han consultado
el nombre del burro en su smartphone lo que
celebro como ciudadano aquejado de alergia nada metafórica a los dispositivos
inalámbricos e inteligentes y, en todo caso, no era yo sino el burro quien
debía haberse quejado, y no parecía importarle llamarse Platero, Hola, Ven, Toma, o como crea que se llame ese buen animal que será gris y anacrónico pero no de peluche
miércoles, 27 de mayo de 2015
Innumerable, perpetua, ubicua e inmotivada
Como ya va el tercer día con la caña
plantada en la orilla haciendo porra, me he puesto a mirar el mar con muchísima
atención a ver si lograba pescarle alguna de las metáforas que se escriben sobre
él. Y hete aquí que Homero tenía toda la razón: las olas cuando rompen en la
orilla parece que sonríen. Así que me he entretenido un rato mirando al mar
sonreír. Pero como seguía sin pescar nada y la sonrisa del mar además de innumerable era perpetua, ubicua y, sobre todo, inmotivada, he recogido los trastos
y de bastante mal humor le he vuelto la espalda y me he ido a casa.
sábado, 16 de mayo de 2015
La culpa, un charco sin orillas
A veces el rostro serio y
la voz opaca que me he labrado a lo largo de los años (exculpo a las
circunstancias) me juega malas pasada, otras actúa en mi favor. El caso es que
en Decatlón pagando los gusanos para pescar después de aguardar en una cola más
larga que una lombriz coreana maxi,
cuando por fin me toca extiendo en el mostrador los gusanos y con una sonrisa algo deteriorada por los minutos de cola, le digo a la cajera siete: "un
regalito", porque sé por experiencia de los problemas de las cajeras en
particular y de las chicas en general con los gusanitos. Y en eso ella que
contesta: "Vale, pero estoy obligada a cobrarte un mínimo, el precio de una
bolsa, que son cinco céntimos". De haber sido una tienda del barrio hubiera
aclarado el malentendido. (ya me estoy contradiciendo y exculpando) Pero entre lo poco que me gusta Decatlón y el bajón que supone tener
que explicar un chiste he accedido sin ni siquiera protestar porque
pretendieran cobrarme un regalo.
miércoles, 13 de mayo de 2015
Tinta roja
Después de una semana corrigiendo exámenes concluyo que los profesores particulares de mis alumnos son particularmente ineptos.
viernes, 8 de mayo de 2015
Sin problemas
Una alumna en plena clase me ha pedido que le explicara un par de problemas que no entendía. Hasta aquí todo normal. El caso es que los problemas eran del tema siguiente y se los había puesto el profesor particular. Hasta aquí todo también normal.
sábado, 2 de mayo de 2015
Money line
Por si tenía alguna duda de que la vanidad y no el dinero es el motor del mundo, como pensaba Cristo contradiciendo a Marx, compruebo que cuando publico en internet mis propias apuestas me importa muchísimo más no perder independientemente de la cantidad jugada.
domingo, 19 de abril de 2015
Ladridos a la luna
Han instalado unas nuevas y muy relucientes farolas en el barrio. Alguno habrá cobrado una comisión a cambio de arruinar los paseos nocturnos que me daba con la Loba.
sábado, 18 de abril de 2015
Reformas
Estaba limpiando el cuarto de baño y mientras frotaba la bañera me he puesto a pensar en el futuro. Convendría cambiarla por una ducha de plato. Aunque no se no viviera tanto, antes al menos había tiempo para darse un buen baño.
viernes, 17 de abril de 2015
Diario de K(armelo)
Acaba de llegarme el Diario de K. Una de sus entradas:
"Cuando se tiene un talento limitado, como es mi caso hay que exprimirlo al máximo, sacarle hasta la última gota. En esta operación de estrujamiento se cometen muchos errores, no se puede apretar y ser delicado al mismo tiempo. Pero es la única manera de acertar alguna vez"
En el fondo, Karmelo Iribarren tiene toda la razón: algunas veces acierta, y otras falla. Igual que en sus poemarios. Es el precio de arriesgar. Aún así para mí el libro me parece de lo mejor que he leído de escritores españoles en los últimos años, porque los aciertos de Karmelo me encantan y cuando falla, lo hace estrepitosamente, sin esconderrse, cosa de agradecer entre tanto maquillaje y sutilezas indesbrozables como nos rodean.
Por no moverme en la abstracción pongo dos ejemplos:
Acierto: "Don Karmelo es la hora de la ducha, acaba de decirme mi mayordomo imaginario."
Fallo: "La tristeza no se ceba tanto con los necios."
Ah, y me encanta que se meta con Juan Ramón.
"Cuando se tiene un talento limitado, como es mi caso hay que exprimirlo al máximo, sacarle hasta la última gota. En esta operación de estrujamiento se cometen muchos errores, no se puede apretar y ser delicado al mismo tiempo. Pero es la única manera de acertar alguna vez"
En el fondo, Karmelo Iribarren tiene toda la razón: algunas veces acierta, y otras falla. Igual que en sus poemarios. Es el precio de arriesgar. Aún así para mí el libro me parece de lo mejor que he leído de escritores españoles en los últimos años, porque los aciertos de Karmelo me encantan y cuando falla, lo hace estrepitosamente, sin esconderrse, cosa de agradecer entre tanto maquillaje y sutilezas indesbrozables como nos rodean.
Por no moverme en la abstracción pongo dos ejemplos:
Acierto: "Don Karmelo es la hora de la ducha, acaba de decirme mi mayordomo imaginario."
Fallo: "La tristeza no se ceba tanto con los necios."
Ah, y me encanta que se meta con Juan Ramón.
lunes, 6 de abril de 2015
Es una pena/el tiempo vuela
Siglo indecente:
los estudiantes
y los pacientes
son usuarios
o son clientes.
Un comentario
estrafalario:
tampoco quedan ya boticarios
que aliñen fórmulas
magistrales
que nos liberen
de los males. Siglo indecente
sin margaritas
que eran mis flores favoritas
Siglo indecente,
donde el amor
circula por los smartfons.
(Si no te gustan
mis sermones
no tengo libro de reclamaciones),
los estudiantes
y los pacientes
son usuarios
o son clientes.
Un comentario
estrafalario:
tampoco quedan ya boticarios
que aliñen fórmulas
magistrales
que nos liberen
de los males. Siglo indecente
sin margaritas
que eran mis flores favoritas
Siglo indecente,
donde el amor
circula por los smartfons.
(Si no te gustan
mis sermones
no tengo libro de reclamaciones),
jueves, 19 de marzo de 2015
Pongámonos socráticos
Sé que si bebo mucha cerveza al poco tiempo orino en abundancia. Y cosas parecidas. Del resto ni idea.
domingo, 15 de marzo de 2015
La luna es un lugar
Cuerpos de todos
los tamaños
por donde corre
la misma sangre
Mil novecientos ochenta y nueve
agujeros
que hacen del rancho un colador
para que el clima de las cuatro
estaciones
se suceda en concierto por el
único ambiente
sin necesidad de ventanas. Recién
despierto,
acodado en las mantas Lescano
barre con la vista
los cuerpos tendidos de la madre,
la esposa,
un cuñado, las hijas que son tres
más los dos perros que, sin
contar el loro,
ascienden al número de ocho como
víctimas
de una masacre de la cual, en
estado de ebriedad,
él pudo haber sido el agente;
pero no se acuerda
de nada y el flequillo sobre los
ojos
le da un aspecto de pony tardíamente
alfabetizado.
Daniel García Helder
miércoles, 11 de marzo de 2015
De un diario
A él mismo se conoce a los demás los cree, esa contradicción lo destruye por completo.
Franz Kafka, Diarios
Franz Kafka, Diarios
jueves, 19 de febrero de 2015
Ornitología
Da
vergüenza decirlo, pero durante la semana que pasé en Berlín estuve casi todo
el tiempo tumbado en la cama o sentado de cara a la luz enferma del portátil.
No me quejo porque el aburrimiento no me disgusta, pero a ver a quién le
cuentas ese viaje. Es verdad que había otras cosas: la dependienta de la pastelería
donde desayunaba sonreía con amabilidad, un bar debajo del apartamento que
servía cócteles de todos los colores... Creo que lo único que miré con verdadera
atención, más que nada por la insistencia, fue el pedazo de cielo gris que se
divisaba desde la ventana. De vez en cuando pasaba un grupo de cuervos para
romper la monotonía, o caían algunos copos de nieve sin convicción suficiente
para posarse en el suelo, salvo en una noche mágica donde lo lograron y yo salí a pisar sobre la nieve virgen. El caso
es que el cielo de Berlín tiene el prestigio de que lo sobrevuelan ángeles. A
lo mejor algún loco habría tomado los cuervos por ángeles tiznados. Yo, desde
luego, creo que los cuervos, cuervos eran. Aunque tampoco albergo dudas
que, de haber visto un ángel auténtico, lo habría confundido con cualquier otra
cosa, un cuervo albino mismamente. Me acuerdo que de pequeño, cuando el clima
de valencia aún no era tropical, pensaba que los palomos multicolores de los
concursos nacían así. O de creer a mi cuñado cuando aseguraba que los jamones
nacían de los arboles. Al final,
en esas cosas tan evidentes triunfó mi razón. En otras, más comprometedoras,
para mi mal, triunfa menos. Me hago mayor, pasan mosquitos tocando la trompeta y, como
decía Girondo, carezco de coraje para llamarlos arcángeles. Descubres el
timo de los reyes magos, y en lugar de sentirte estafado, estás tan orgulloso
de tu habilidad deductiva que se lo cuentas a todos los de tu clase, no por fastidiarlos, sino
para presumir de lo listísimo que eres. Lo mismo ese es el precio de la
cordura: los molinos, molinos, y los gigantes..., pues molinos también.
Tendré que buscar a un caballero andante que me saque de vez en cuando de mi
aturdimiento. Hasta ese punto, ni más ni menos, fue cuerdo Sancho Panza.
martes, 3 de febrero de 2015
domingo, 18 de enero de 2015
lunes, 29 de diciembre de 2014
You have a dream
And I had a nightmare
Vi a Papá noel haciendo esqui naútico en la Patacona.
Y no miento
si digo que lamento
la suerte de los renos.
Vi a Papá noel haciendo esqui naútico en la Patacona.
Y no miento
si digo que lamento
la suerte de los renos.
Aviso a navegantes
Los cambios de diseño son accidentales y, dependiendo de mi inepcia tecnológica, temporales o eternos.
viernes, 19 de diciembre de 2014
El cerco se estrecha
Han quitado el Sánex de Mercadona.
"Ha sido dado temporalmente de baja". Me ha dicho la dependienta en ese lenguaje helador y burocrático que se gastan.
Dejé el carro y me largué. Pero ellos saben que aquí lo único temporal es mi pataleta. Hasta habrán calculado la fecha de mi regreso.
domingo, 14 de diciembre de 2014
El gato de Cheshire
Pues estaba sentado en el bordillo de la acera con un libro
entre las manos como acostumbro y la cara orientada al solecito de mediodía que
en invierno es un gusto, sobre todo a partir de cierta edad. No hay más que ver
la cantidad de jubilados que me rodean calentando sus huesos como yo.
A veces me ofrecen cigarrillos que siempre acepto porque extender el paquete
dando un golpe de mano para que salga el pitillo me parece una costumbre
antigua y tan honorable que ponerlos en evidencia diciendo que no fumo, aparte
de mentira, sería una impertinencia superlativa. La loba, como
siempre, correteando por el solar. Yo enfrascado en la lectura
Pareto, y ella en sus ocupaciones percibiendo directamente el mundo a través de
su olfato. Aunque a mí también me gusta más oler los libros que estudiarlos, sobre
todo si son de texto y nuevos, nuestras pasiones olfativas son incomparables. El caso es que escucho unos ladridos, y en eso veo a la perra brincando ante un árbol; como ya sé de qué se trata aunque no haya presenciado la persecución, me levanto a ver al gato
correspondiente que siempre es un desahogo para la vista cansada del exceso de lectura. Y allí está: dos ojazos verdes que nos contemplan desde la penumbra. Solo
le falta sonreír o soltar una frase lapidaria a propósito de la situación para ser
talmente el gato de Cheshire de las ilustraciones de Alicia. Cómodamente
instalado entre dos ramas, atento a más no poder, nos observaba desde la altura con esa indiferencia
felina por los asuntos humanos y perrunos tan perturbadora. Lo malo es que la
loba seguía venga a ladrar y a darme tirones impidiendo mi desahogo contemplativo pero también provocando esa mirada gatuna de diosa egipcia tan diferente de la que ahora mismo veo en la Loba que está con la cabeza sobre el sofá implorando una caricia con ojos pamplineros y acuosos. Y es que
toda situación tiene su debe y su haber. Qué fácil es escribirlo y que difícil
asimilarlo. Anoche mientras corría me recreaba en la escena y pensaba que lo
que distingue a los humanos de los animales no es la racionalidad, que en lo
que de verdad importa, (que no son precisamente las matemáticas, pese al prestigio que tienen entre los padres) es bastante escasa en ambos, sino su incapacidad
para apreciar la belleza. De todas formas, para idealismos, el de mi perra, que ahí
seguía, empeñada en atrapar lo inalcanzable, igualito que si le hubiera estado ladrando a la
luna.
lunes, 8 de diciembre de 2014
Hasta la próxima anécdota
Casi seis años de blog y cuando termino una entrada aún sigo pensando que lo mismo de ahí en adelante no me sucederá nada digno de mencionarse.
Aunque precisamente ayer iba corriendo por la huerta de Alboraya, contento como siempre de hacer ejercicio con la perra para vencer el insomnio. Y cuando estaba en el cénit de mi esfuerzo oigo unos pasos por detrás y por el rabillo del ojo detecto a un señor mayor, uno de esos ataviados con chándal que por la mañanas hacen gimnasia sueca y por la tardes caminan aconsejados por su medico de cabecera, que me adelanta. Como soy de los que se tragan su orgullo me he forzado a no acelerar el paso para alcanzarle como me pedía el cuerpo. Cosa que no he conseguido, pues ni aún con toda mi voluntad he logrado detener a mis piernas que, sabias y autónomas, han vengado la afrenta a la altura de la señal de stop que hay a la entrada del municipio de Alboraya.
domingo, 30 de noviembre de 2014
George Oppen
Este, aunque no lo sabría explicar, lo he captado al primer golpe de vista. Seguramente por eso me gusta.
Las formas del amor
Parados en la ruta,
toda la noche,
hace muchos años,
vimos
un lago al lado nuestro
cuando la luna salió.
Nos recuerdo
bajando de ese coche viejo
juntos. Nos recuerdo
parados en el pasto blanco
al lado de él. Tanteamos
el camino juntos
cuesta abajo en la
brillante luz increíble
empezando a dudar
si sería lago
o niebla
lo que vimos, con nuestras cabezas
zumbando bajo las estrellas caminamos
a donde podríamos haber mojado los pies
de haber sido agua.
The forms of love
Parked in the fields
All night
So many years ago,
We saw
A lake beside us
When the moon rose.
I remember
Leaving the ancient car
Together. I remember
Standing in the white grass
Beside it. We groped
Our way together
Downhill in the bright
Incredible light
Beginning to wonder
Whether it could be lake
Or fog
We saw, our heads
Ringing under the stars we walked
To where it would have wet our feet
Had it been water.
Versión de Francisco Bitar y Gerardo Jorge
Las formas del amor
Parados en la ruta,
toda la noche,
hace muchos años,
vimos
un lago al lado nuestro
cuando la luna salió.
Nos recuerdo
bajando de ese coche viejo
juntos. Nos recuerdo
parados en el pasto blanco
al lado de él. Tanteamos
el camino juntos
cuesta abajo en la
brillante luz increíble
empezando a dudar
si sería lago
o niebla
lo que vimos, con nuestras cabezas
zumbando bajo las estrellas caminamos
a donde podríamos haber mojado los pies
de haber sido agua.
The forms of love
Parked in the fields
All night
So many years ago,
We saw
A lake beside us
When the moon rose.
I remember
Leaving the ancient car
Together. I remember
Standing in the white grass
Beside it. We groped
Our way together
Downhill in the bright
Incredible light
Beginning to wonder
Whether it could be lake
Or fog
We saw, our heads
Ringing under the stars we walked
To where it would have wet our feet
Had it been water.
Versión de Francisco Bitar y Gerardo Jorge
jueves, 27 de noviembre de 2014
Que pare la música
Ese momento de tener una dorada
clavada en el anzuelo e irla acercando a la orilla tiene algún parecido –y no
estoy siendo cínico- a pillarse los dedos con una silla de plegable. Todas las
preocupaciones se desvanecen ante la intensidad del presente. Spinoza. que era un tipo listo lo dejó escrito en su ética. Yo lo sé por propia y lamentable experiencia. Claro que uno no quiere ni puede ni sabe convocar a voluntad tales momentos quizá saludables para la mente pero nocivos para los dedos.
Lo mismo por eso se inventó el cilicio. Durante mi adolescencia corría el rumor o la leyenda, porque a esa edad cualquier cosa ajena a nuestra corta experiencia se convertía en leyenda, de que mis profesores del colegio del opus lo empleaban. Hubo incluso quien contaba que había visto un cinturón con púas metálicas durante una incursión a robar exámenes. Y es que frente a los giros caprichosos de la rueda de la fortuna el cilicio presenta indudables ventajas: no daña órganos vitales, uno se lo coloca cuando lo necesita y hasta puede graduarlo según la intensidad de presente que desee padecer. A esta aberrante asociación de ideas entre cilicios, doradas, y dedos maltrechos solo le encuentro dos explicaciones: o somos tan poco animales que preferimos el sufrimiento físico al moral o es que, moralmente, sufrimos como bestias.
viernes, 21 de noviembre de 2014
Next week more
Debido a n laetable vergozte sceso tego lesioado el dedo idice lo qe ipide a is dedos ir ás deprisa qe i pesaieto, ca fora e la qe sé escribr.
Debido a un lamentable y vergonzante suceso tengo lesionado el dedo índice lo que impide a mis dedos ir más deprisa que mi pensamiento, única forma en la que sé escribir.
Debido a un lamentable y vergonzante suceso tengo lesionado el dedo índice lo que impide a mis dedos ir más deprisa que mi pensamiento, única forma en la que sé escribir.
martes, 11 de noviembre de 2014
Arriba y abajo
"Cuando una élite llevada por los buenos sentimientos y el complejo de culpa deja de defenderse será conquistada por sus antiguos esclavos que la tratarán sin ningún miramiento y con toda la dureza posible."
Vilfredo Pareto, Tratado de sociología general
Vilfredo Pareto, Tratado de sociología general
sábado, 1 de noviembre de 2014
Desahogo
Ocho de la mañana. Parón de tráfico en la Ronda Norte. Los coches hacen maniobras extrañas, no mantienen la línea recta e inalterable que los conduce de casa al trabajo. Y es que hay un gatito en medio de la calzada. Cojo, desorientado, enfermo, huérfano, parece acumular toda las desdicha del universo. Como a esa horas y circunstancias yo también me siento desdichado, casi tanto como cuando en los meses de agosto de hace cuarenta años veía la publicidad de "al colegio con alegría", cuando llego a su altura en lugar de esquivarlo freno y lo escolto con el morro del coche hasta dejarlo a salvo en la acera. Pitada monumental que ni escucho porque estoy tan concentrado y sordo como lo estuvo el timonel que guió la nave de Ulises entre las maléficas sirenas. Seguramente soy más sentimental que la madre que debió abandonar a esa cría tan lamentable. Nunca he sido darwinista y puesto a escoger en uno de esos tramposos dilemas éticos que lo único que persiguen es que te sientas culpable, entre mamá y papá o minino y meninas opto por mamá y minino. Con que si el dilema se plantea entre llegar tarde al trabajo y salvar a gatito creo que ningún código ético me condenaría...
Y, en efecto, llego tarde, lo cual no es, ¡ay!, ninguna novedad, pero esta vez me respalda un acto tan encomiable que entro deseando que alguien me lo reproche. Me tomarán por loco, sí, pero a los locos, con tal de que no alteren el orden público ni corrompan a la juvenud suele dejárseles en paz. Aunque ahora que lo pienso igual ya hay un proceso en marcha que me acusa de corromper a la juventud del Ies Vilamarxant, que es donde trabajo. Yo no sé si la juventud de Vilamarxant vale lo que la de Atenas o si Sócrates se retrasaba cuando se citaba con sus pupilos para impartir doctrina o meterles mano en el gimnasio (no lo acusaron por eso sino por dotarlos de una conciencia culpable). En cualquier caso nadie me obligará a tomar cicuta. Los métodos de escarmiento, en parte gracias al mismo Sócrates, han cambiado. También pudiera se que una vez oídas mis excusas se me pregunte si siempre hay gatos que salvar. A lo que yo, eludiendo la ironía, impertérrito, contestaría que sí, que todas las mañanas hay gatos que salvar, que si nadie lo hace se acumulan debajo las alfombras y apestan. Luego subiría las escaleras y en lugar de a operar con potencias de exponente negativo, contaría mis alumnos la historia del gatito, y volviendo a las matemáticas les diría que no es cierto que las líneas rectas se crucen en el infinito. A veces lo hacen antes para salud y jolgorio de hombres, mujeres, gatos y gatas.
Y, en efecto, llego tarde, lo cual no es, ¡ay!, ninguna novedad, pero esta vez me respalda un acto tan encomiable que entro deseando que alguien me lo reproche. Me tomarán por loco, sí, pero a los locos, con tal de que no alteren el orden público ni corrompan a la juvenud suele dejárseles en paz. Aunque ahora que lo pienso igual ya hay un proceso en marcha que me acusa de corromper a la juventud del Ies Vilamarxant, que es donde trabajo. Yo no sé si la juventud de Vilamarxant vale lo que la de Atenas o si Sócrates se retrasaba cuando se citaba con sus pupilos para impartir doctrina o meterles mano en el gimnasio (no lo acusaron por eso sino por dotarlos de una conciencia culpable). En cualquier caso nadie me obligará a tomar cicuta. Los métodos de escarmiento, en parte gracias al mismo Sócrates, han cambiado. También pudiera se que una vez oídas mis excusas se me pregunte si siempre hay gatos que salvar. A lo que yo, eludiendo la ironía, impertérrito, contestaría que sí, que todas las mañanas hay gatos que salvar, que si nadie lo hace se acumulan debajo las alfombras y apestan. Luego subiría las escaleras y en lugar de a operar con potencias de exponente negativo, contaría mis alumnos la historia del gatito, y volviendo a las matemáticas les diría que no es cierto que las líneas rectas se crucen en el infinito. A veces lo hacen antes para salud y jolgorio de hombres, mujeres, gatos y gatas.
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