domingo, 30 de enero de 2011
¿Quién es el amo/del perro/del hortelano?
..................................................( R.D. Laing)
domingo, 23 de enero de 2011
Un comentario
sábado, 15 de enero de 2011
Fuera del tiesto
A fin de endurecer su estómago, Ángeles, la mujer ecuatoriana que cuida a mi madre, crió a sus cuatro hijos dándoles las sobras que dejaban los perros del alimento que les preparaba (a los niños). Nunca han tenido un mal de barriga, me comenta. Ellos no lo sabían y ella de niña tampoco supo que cuando su madre la destetó fue criada comiendo sobras de perro. Es casi proverbial que los perros tienen el estómago a prueba de bombas, por lo tanto, su razonamiento es más o menos este: si los niños comen de lo que dejan los perros tendrán un estómago tan duro como ellos. Un claro ejemplo de pensamiento analógico. Ese que la ciencia decimonónica para bien y para mal desterró. ¿Pero por qué no pueden convivir ambos? Pregunta absurda y retórica: porque la ciencia (cierta ciencia) cree hablar en nombre de la verdad y del bien. Lo que está claro es que los nietos de Ángeles, emigrantes en España, no se criarán comiendo las sobras de los perros. Y está claro también que muchos pensarán que se trata de un avance. Quien piense así es probable que se rasgue sus vestiduras de hombre civilizado y a continuación coree: ¡Vivan el progreso y la ilustración! Pero dejad que yo no me precipite (quienes repiten consignas suelen tener poca paciencia con quienes no los secundan), necesito pensar detenidamente antes de dar por sentado cualquier progreso. Al contador de historias le conviene el silencio y además, tarde o temprano, ilustrados, brujos y escritores, todos moriremos callados. Y si es necesario me retracto de lo escrito: no merece la pena morir aullando en la hoguera.
domingo, 9 de enero de 2011
No todos fueron guays
-No, preterido ya no, ahora me siento pretérito.
Y encima imperfecto.