jueves, 29 de agosto de 2019

Irrupciones


Estábamos sentado a la mesa y Juan Ignacio, de unos ocho años, insistía con mucho tesón en que le contarara una historia o un chiste, o le planteara un acertijo, cosas que solían ser habituales en nuestros almuerzos de esa época, Como yo no tenía ganas o ya había agotado mi repertorio, le respondía con impaciencia mientras el tomaba un vaso de agua para llevarlo a los labios:

-Ignacio, ¿Vos te creés que el mundo es un circo y que está lleno de payasos para divertirte -dije.

-Sí -respondió, luego bebió lentamente el agua que quedaba en el vaso. -Y vos sos uno de ellos, concluyó mientras apoyaba el vaso en la mesa.”

                                                                                   Mario Levrero