lunes, 28 de diciembre de 2009
Meditación navideña
jueves, 24 de diciembre de 2009
El valor del silencio
viernes, 18 de diciembre de 2009
Vamos allá
Hay doce monedas una de ellas falsa que sólo se distingue por pesar diferente. Tenemos una balanza. Hemos de averiguar en tres pesadas cuál es la falsa y si pesa más o menos que las otras
Ya que se acercan fechas tan simbólicas y no se trata de ningún poema utilizaré sin que sirva de precedente una metáfora a modo de moraleja y pista:
“Más vale dar pasitos cortos y observar los detalles de camino que devorar paisaje calzando botas de siete leguas.”
Por cierto que abundando en lo de la pérdida de tiempo algún bendito ha hecho un programa informático para hacer probaturas. Se entra tecleando en google "balanza impertinente".
lunes, 7 de diciembre de 2009
Días borgianos
Si el trabajo es de campo empiezo por anotar las conclusiones y redactar el informe. Luego me invento los datos o la entrevista que mejor cuadre al talante del informe.
Si el trabajo es sobre un tema determinado y no hay que presentar datos experimentales cojo un buen libro de texto, un sólo libro porque todos dicen lo mismo y tiendo mucho a liarme. Voy copiando, resumiendo y anotanto críticas y contrapropuestas a lo que dice el libro.
Aunque las críticas descabelladas, absolutas e incendiaras son las que más me divierten procuro (es imprescindible) hacer una autocrítica de las críticas. A los profesores no les gusta que un alumno se pase de listo.
Después acudo a internet en busca de más información acerca de las críticas y puntualizaciones que he inventado. La red viene muy bien pues siempre contiene un roto para un descosido. Nunca falta gente seria, sesuda y puntera en su campo que tras una vida de dedicación ha dado forma a tus intuiciones.
En el fondo este paso casi nunca es necesario, lo hago más bien para refocilarme de mis intuiciones, pues tras colocar los libros fundamentales suelo inventarme la bibliografía: nombres de autores, de revistas y hasta de universidades. Contra lo que pueda parecer, este paso es aburrido: los nombres inventados deben sonar a instituciones bien manidas.
Abomino de ello, pero en el fondo me acopla muy bien su pasión por el Power Point pues te permite una escritura semiaforística sin tener que argumentar demasiado.
No puedo estar más de acuerdo con ellos, a mí argumentar siempre me ha parecido impúdico. Creo que por eso hablo poco.
He llegado a engañar hasta a mis jóvenes compañeros de grupo pero no me siento culpable y estoy seguro de que a ellos tampoco no les ha importado.
Porque, a decir verdad, hasta ahora, ni mis compañeros se pueden quejar de las calificaciones recibidas ni yo de excesivo aburrimiento.
martes, 1 de diciembre de 2009
viernes, 20 de noviembre de 2009
Suc poètic
si breve
malito.
Pi ti mi ni, lo bueno
si breve
bonito.
Pi ti mi ni, los niños
ganan puntos de apoyo
cuando crecen.
sábado, 7 de noviembre de 2009
Martin Heidegger
Transcribo un párrafo del diálogo y dos de sus últimos libros:
Spiegel: Sin embargo se podría objetar de manera completamente ingenua: todo funciona. Cada vez se produce con mayor destreza, los hombres en el mundo tecnificado están bien atendidos
Heidegger: Todo funciona. Esto es precisamente lo inhóspito que todo funciona y que el funcionamiento lleva a más funcionamiento y que la técnica arranca al hombre de su esencia y lo desarraiga. No sé si Vd vio las fotos de la tierra desde la luna. No necesitamos bombas atómicas, el desarraigo del hombre ya es un hecho. Sólo quedan puras relaciones técnicas (…) (Entrevista a Der Spiegel)
El hombre de la era técnica, de un modo especialmente llamativo se encuentra bajo la provocación de hacer salir lo oculto. Esto concierne ante todo a la naturaleza entendida como el almacén principal de existencias de energía. En correspondencia con ello, la conducta solicitante del hombre se muestra ante todo en el florecimiento de las ciencias exactas de la época moderna. Su modo de representar persigue a la naturaleza como una trama calculable. Por eso la física de la época moderna no es física experimental, al contrario: como la física –y ello porque es ya pura teoría- emplaza a la naturaleza a presentarse como una trama de fuerzas calculable de antemano, por esto se solicita el experimento, a saber, para preguntar si se anuncia, y como se anuncia la naturaleza a la que se ha emplazado de este modo. (La pregunta por la técnica)
Lo mortal no es la tan cacareada bomba atómica en su calidad de maquinaria especial de matanza. Lo que el tiempo amenaza ya al hombre con la muerte, y en particular con la de su esencia, es lo absoluto del mero querer en el sentido de deliberado imponerse en todo. (Sendas perdidas)
sábado, 31 de octubre de 2009
Auden
Todo esto viene a cuento de la traducción de un poema de la etapa juvenil de Auden que voy a tratar de interpretar para demostrar que las explicaciones nunca agotan el misterio de los poemas buenos y destripan los malos. El poema en la traducción de Iriarte quien, por cierto, también es traductor de Bukowski, un gran poeta que escribió demasiado situado en las antípodas de Auden, ligeramente cambiada por mí, espero que para mejor, en algunos de sus versos, dice así:
The secret agent
Control of the passes was, he saw, the key
To this new district, but who would get it?
He, the trained spy, had walked into the trap
For a bogus guide, seduced by the old tricks.
At Greenheart was a fine site for a dam
And easy power, had they pushed the rail
Some stations nearer. They ignored his wires:
The bridges were unbuilt and trouble coming.
The street music seemed gracious now to one
For weeks up in the desert. Woken by water
Running away in the dark, he often had
Reproached the night for a companion
Dreamed of already. They would shoot, of course,
Parting easily two that were never joined.
El agente secreto
Controlar los permisos era, según se vio, la clave
para acceder a este nuevo distrito, ¿pero quién llegaría?
Él, el espía avezado, había caído en la trampa
por culpa de un falso guía, seducido por viejas tretas.
En Greenhearth había un buen lugar para una presa,
energía al alcance de la mano con que hubieran
llevado las vías unas estaciones más allá. Pero ignoraron sus telegramas.]
Los puentes estaban por construir y se avecinaban problemas.
Ahora la música callejera sonaba grata
a quien estuvo semanas en el desierto. Desvelado por el agua
que se alejaba en la oscuridad, a menudo había
reprochado a la noche la carencia de un compañero
largamente soñado. Dispararían, claro,
separando fácilmente a dos que nunca llegaron a juntarse.
Y ahora la interpretación que propongo:
El poema, y esto es indiscutible, tiene que ver con las dificultades para obtener desahogo sexual con otro hombre. Los homosexuales, y más, supongo en los años veinte, actúan como agentes secretos o espías que deben intuir a los de su condición y encontrarse clandestinamente. Seguramente tantas eran las ganas, la sed, del joven Wystan que debió de engañarse confundiendo la orientación sexual de alguien, de ahí la referencia al falso agente. Yo no sé si Auden estuvo en Greenhearth, lo decisivo es que debió pasar por un periodo de necesidad simbolizado por la presa (agua para el sediento) y la energía cuya palabra inglesa, power, potencia, tiene un claro componente sexual. La imposibilidad del encuentro está claramente expresada los versos referidos a la falta de puentes y comunicaciones ferroviarias.
En la última estrofa, la más explícita, me atrevería a decir que la música callejera se refiere a lo fácil que es confundirse, y tratar de beber en fuente equivocada cuando se tiene sed. Está claro que el agua soñada y esperada que no llega y que remite a la presa y la energía del principio, es el encuentro largamente anhelado y frustrado, sintetizado en el magnífico último verso del poema.
Por cierto, vanidad de vanidades, acabo de leer en un comentario de Fuller una interpretación de orden psicoanálitico que seguramente es más atinada y se refiere a un conflicto íntimo entre sus deseos (el agente secreto) y la férrea censura puritana auto impuesta para reprimirlos (el falso agente). Ambas interpretaciones no son incompatibles pero si hay que decidir me inclino por la de Fuller que conoció directamente a Auden.
sábado, 24 de octubre de 2009
Arcadi espada
Las lágrimas han sido lo más interesante de esta historia. Al parecer fueron precedidas por un desgarrado lamento: “Presidente, ya está bien, presidente “, que daba cuenta de lo que se avecinaba. Los pucheros del secretario Costa han conmovido a medio mundo. El prestigio de las lágrimas es, hoy por hoy, invencible y en este caso se vincula, además, con la suerte de mantra que exige a los políticos que sean hombres como los demás. Las lágrimas autentifican el password de la humanidad posmoderna. No importa que se esperase de él que fuera a ser hombre de una pieza, que hablara claro y pronunciado (porque hay mucho que habla como ahora se lee: es decir por aproximación) sobre la injusticia que se iba a cometer, que se defendiera de una manera sobria, seca y contundente y que a la inevitable hora de morir matara con estilo y fundamento. ¡Quia! Sólo lagrimitas. ¿Sangre? Una tomatina de Buñol.
viernes, 16 de octubre de 2009
Kavafis
Kavafis, redescubierto estos días, es un escritor que me gusta. Enemigo de la ocultación, viril, austero, moralista, creador de poemas cerrados, certeros y parcos en adjetivos. Ofrezco aquí una versión confeccionada a partir de traducciones inglesas y la excelente versión catalana de Joan Ferraté.
La fuente de este poema está en Plutarco, que en sus Vidas Paralelas cuenta que cuando Octavio, el futuro emperador Cesar Augusto, asediaba Alejandría, el dios Dioniso abandonó la ciudad con su cortejo, dejando a Marco Antonio sin protección.
El dios abandona a Antonio
Cuando, de pronto, a media noche, escuchesun cortejo invisible que se aleja
con músicas insólitas, con gritos
-Tu suerte decidida, tus trabajos
perdidos, todo designio de tu vida
errado- no lo lamentarás inútilmente.
Como quien va dispuesto de antemano,
como un hombre valiente, despide a Alejandría.
Sobre todo, no te mientas diciendo
que era un sueño, que te engañó el oído,
no cedas a tan vanas esperanzas.
Como quien va dispuesto de antemano,
como un hombre valiente a quien
cupo el honor de merecerla, no lo dudes
acude a la ventana escucha y goza
como último deleite, conmovido,
pero sin llanto o queja pusilánime,
los sones exquisitos de la hueste secreta,
y a esta ciudad que pierdes, dile adiós.
viernes, 9 de octubre de 2009
Tres poemas de Roger Wolfe
Fin del mundo
Noche de sábado hacia el final
de la primera década del siglo XXI.
Ruidos de cristales rotos en el parque;
gritos de histéricas quinceañeras borrachas,
energuménicos aullidos de adolescentes intoxicados.
Ramas que se tronchan, persecuciones, alaridos...
Imagino los campamentos de los bárbaros
que cercaban el Imperio con su lento avance inexorable.
Sólo faltan las fogatas.
En lo más alto del cielo,
la luna que Cernuda contemplaba en Méjico
resplandece, imperturbable.
Ha visto
el fin del mundo muchas veces.
Camino de ronda
Un taxi, muy de noche.
Arriba, las estrellas.
«Esto no es como las ciudades»,
me dice el chófer.
«Ya», le contesto, adormilado.
El coche avanza, derramando
haces de luz por los sembrados.
Un viejo con un sombrero de paja
Puesto que aún no puedo irme
por lo visto al otro barrio,
me gustaría hacerme viejo
más deprisa, más deprisa;
y estar sentado en una silla
al sol del mediodía.
Que hubiera un poco de mar.
Que hubiera un poco de cielo.
Y luego... Pongámosle al abuelo
un sombrero de paja en la cabeza.
Y un cigarro entre los dedos.
Y dejémoslo —ahora sí—
ahí quieto; medio lelo,
pero tranquilo y solo.
jueves, 1 de octubre de 2009
Winesburg, Ohio, Sherwood Anderson
Si esta fuera una crítica de Seda, el Best Seller de aquel italiano de cuyo nombre no quiero acordarme que osó reescribir la Illiada eliminando a los adorables dioses olímpicos, bastaría leerla al revés para obtener la crítica de Winesburg Ohio. Porque Sherwood Anderson escribe al borde del sentimentalismo pero a diferencia del otro no se despeña, retrocede u oculta en la retórica.
Estos cuentos o retratos narran la vida de algunos personajes de un pueblecito norteamericano vistos la mayoría de las veces a través de los ojos del joven reportero George Willard que conduce la historia. Si resultan poéticos no es porque el autor se lo haya propuesto como premisa, lo son por la finura de sus observaciones, porque entre líneas se dice mucho más de lo que se lee. Para saborear estas historias se precisa de un hábito lector similar al que pide por ejemplo Antonio Machado, de quien Sherwood, con su aparente monotonía y voz asordinada es pariente literario cercano.
El narrador, aunque omnisciente, no se aparta un ápice de las cabezas de los personajes, nunca comete la imprudencia de sobrevolarlos como el halcón detenido en la llanura de Montale. Hasta los recursos literarios de los que se vale Andersen, las comparaciones, por ejemplo, a veces largos excursos de más de media página se nutren de elementos extraídos de la propia historia que lo mismo aportan información nueva que iluminan sobre lo ya leído.Todo lo contrario a la comparación que me ha salido arriba y sirve de contraejemplo.
Cada cuento está dedicado a un personaje y, por lo general, narra un suceso que marcó su vida y explica su presente. Aunque los retratados se presentan con piedad, simpatía, delicadeza y respeto, Sherwood no nos ahorra las mezquindades de estos seres excéntricos, más inteligenes, o brutales, o inocentes que sus conciudadanos. Hombres, mujeres sobre todo, constreñidos por la presión social y marcados por la industralización que a finales del XIX cambió la faz y el modo de vida de muchas poblacioes norteamericas.
En todas estas historias de modo muy freudiano y nada explícito está presente la sexualidad insatisfecha, el anhelo no correspondido, lo que oscuramente a la vista de la exhuberante naturaleza que rodea al pueblo se intuye que pudo haber sido y no fue. También las diversas formas de encajar la frustración, a cada una un tipo de excentricidad diferente, pero todas ellas tan dignas como sobrias.
Es difícil destacar un cuento de un conjunto tan compacto y nivelado que es casi una novela, quizás el que abre el volumen: “Manos” que bien pudiera haber firmado Raymond Caver de quien Sherwood por su abocetamiento, sus elipsis, su lenguaje sencillo y hasta su forma de titular es claro e indisimulado precedente. Me tienta decir que los personajes de Anderson con su inocencia y brutalidad, todavía no uniformizados por la opinión pública, dotados de conciencia merecen una piedad que pocas veces se otorga a los de Carver. Si se me disculpa el tecnicismo diré que mientras Sherwood refleja el mundo edípico de principios de siglo, Carver es el cronista de una sociedad mucho más oral y visceral, de un trauma más temprano donde la conciencia aún no ha tenido tiempo de asentarse y es sólo maquillaje social.
La excelente traducción que firma Miguel Criado en la edición de Acantilado también merece unas palabras. La he cotejado con la versión inglesa, muy fácil de leer por cierto con un nivel medio, y con traducciones anteriores. Hasta es demasiado buena. Es casi imposible mejorarle una sola frase. Todo lo contrario sucede con las otras ediciones consultadas.
Un libro, en fin, que devorarán quienes deseen reconciliarse con la maltratada lírica. ¡Ay, si Machado hubiera sabido ingles!
jueves, 24 de septiembre de 2009
A beneficio de inventario
Al terminar el curso escribí esta carta a un profesor de la Facultad de Psicología, Como no recibí contestación la dejo aquí a beneficio de inventario.
En “Sobre la libertad” afirma Mill que la mayor salvaguarda de la verdad es una constante invitación a refutarla. Nietzsche, adelantándose un siglo a la postmodernidad en su crítica de las ciencia empírica decimonónicas, niega su existencia. Todo en la naturaleza es proceso. Los hechos deben presentarse bajo todos los ángulos sin cerrar puertas a otras interpretaciones de eso que por consenso llamamos realidad.
La psicología pomposamente denominada científica no recoge ninguno de estos supuestos. No trabaja con hechos, sino con palabras. ¿Qué son acaso la inteligencia o la alegría sino palabras huérfanas de existencia natural como los árboles de las laderas? Todas vuestras teorías sobre la inteligencia o la personalidad se nutren de este malentendido. Investigan metáforas, miden y objetivizan convenciones entre hablantes. Una persona no es más inteligente que otra. A lo sumo podremos decir que tienen una inteligencia diferente. Los factores obtenidos en las correlaciones son entes matemáticos que no designan fenómenos reales.
Tampoco los procedimientos de laboratorio merecen credibilidad. Los biólogos estudian el comportamiento de los animales del natural. Ninguna criatura viva existe en abstracto sino en relación al medio en que habita. Falseamos sin remedio la realidad y aún más en el caso del comportamiento humano al abstraer una variable y encerrarla en un laboratorio. Todas las variables se modulan e interaccionan entre sí. No podemos fijar una y esperar que las otras se comporten de la forma en que lo harían sin restricciones. Además, si la situación cambia las variables se comportan de otra manera. Los datos obtenidos del laboratorio no son extrapolables.
Tampoco vuestra fuente de datos preferida, las puntuaciones de los tests, resiste al examen crítico, y no sólo porque la existencia del inconsciente falsee sin remedio los resultados. La cosa es aún peor pues como he dicho antes se trata de medir lo inexistente. Incluso conviniendo que exista las medidas obtenidas no son de intervalo ni ordinales siquiera. Se supone también que la variable a medir es unidimensional cuando no lo es. En sicometría, todo son hipótesis ad hoc a fin de salvar lo insalvable.
Esta afán objetivista provoca la carencia de un principio epistemológico claro, de una teoría integradora. Vuestra psicología es una disciplina descriptiva y de perogrullo que no se plantea el porqué del comportamiento humano. A este respecto es ilustrativo el día que en clase hablamos de la risa. Todo era describir situaciones hilarantes sin avanzar más allá. Preguntas pertinentes (que ya contestó Freud ) hubieran sido, por ejemplo, estas: ¿Por qué lo escatológico provoca risa? ¿Por qué el 80% de los chistes aluden a lo sexual?
También disiento en vuestra definición de lo que es patológico. Afirmáis que lo sano es el comportamiento de la mayoría. Si, por ejemplo, muchas mujeres sólo pueden excitarse sexualmente imaginando escenas de violación o sintiéndose putas, no veis ningún problema, puesto que es normal. No se plantea que, pongamos por caso, detrás de esas imágenes hay una sociedad enferma y represiva en la que hay mujeres que sólo se permiten sentir placer con ese tipo de fantasías
Otro ejemplo similar, de esa constante petición a la normalidad como patrón de medida es vuestra aseveración de que la mujer es multiorgásmica cuando lo que sucede es que en nuestra sociedad un orgasmo pleno, un dejarse llevar totalmente hasta perder en parte la conciencia, es rarísimo por miedo. Los orgasmos seguidos vienen cuando la descarga de la excitación es parcial y la irritación prosigue.
El ejemplo de Kisney es ilustrativo. Kisney, como buen entomólogo y taxónomo que era, se limitó (un trabajo de chinos, lo reconozco) a establecer un catálogo descriptivo de las costumbres sexuales de la sociedad occidental. No se preguntó el porqué ni investigó las condiciones socioculturales generadoras de ese tipo de costumbres. Como sí lo hizo, por ejemplo Wilhelm Reich, que en 1927 describió la curva del orgasmo y critico feroz y argumentada mente la sociedad creadora de miseria sexual y negadora del goce. Naturalmente murió en la cárcel.
Con respecto al hombre de los lobos, te agradezco que al menos dieras la oportunidad a los alumnos de conocer un texto de Freud, yo hubiera elegido uno menos complejo, pero bien está. En cuanto al comentario que hiciste en clase, te hago una aquí una pequeña contracrítica a partir de las notas que tomé.
La primera crítica que hiciste del caso es que Freud no mostraba el tratamiento del paciente. En la primera página del ensayo Freud dice expresamente que el propósito del escrito no es mostrar el tratamiento del paciente: “no se trata exactamente de un historial clínico. Luego afirmaste que el paciente no se curó. Yo no sé si se curó o no se curó, posiblemente, no. Aunque no para el paciente, el hecho de que no curara es lo de menos, porque no invalida en absoluto las conclusiones de Freud. Debes tener en cuenta que en psicoanálisis lo que cura no son las interpretaciones “per se” sino la vivencia emocional en el diván de los traumas infantiles, algo mucho más difícil de conseguir con un obsesivo (suponiendo que lo fuera porque el debate continúa) que con un histérico, cuyos traumas están mucho más a flor de piel, y más fácil de curar con los conocimientos sicoanalíticos de la época.
Una época en la que aún no se sabía con claridad como abordar las resistencias, y en la que las interpretaciones eran muy pedagógicas, se daban demasiadas pistas a los pacientes impidiendo que afloraran los recuerdos cargados de emoción por lo que muchas veces la comprensión por parte del paciente era más intelectual que emocional, las interpretaciones no lo “tocaban” y las mejorías eran transitorias. En cuanto al sueño, y este es un error muy habitual que cometen los legos cuando hablan de psicoanálisis, lo importante no es si el sueño corresponde o no a una escena real o fantaseada, el mismo Freud a lo largo del artículo contempla varias veces esa posibilidad. Lo importante es que la energía no descargada genitalmente como consecuencia de la represión refluye a los segmentos superiores (“excita el cerebro”) y da lugar a esas representaciones y no a otras, esas representaciones, fantaseadas o no, ofrecen muchas claves sobre los orígenes de la represión.
Energía que el sicoanálisis llama líbido, que Reich, quien hizo una valiente intento por describirla y cuantificarla denominó orgón, y que vosotros intuís oscuramente llamándola activación y midiéndola de la misma forma que hizo Reich en el año 36: por los potenciales eléctricos de la piel. Una energía que la ciencia occidental todavía desconoce (aunque cada vez se acumulan más pruebas sobre su existencia), pero que las culturas orientales describen y manejan desde hace milenios por ejemplo, en la acupuntura. Si bien en oriente se persigue espiritualizarnos subiendo al energía hacia la zona cefálica y el psicoanálisis (el más biológico y menos especulativo cuyo testigo recogió Reich) trata de acercar a la tierra por medio de su descarga genital.
Volviendo al hombre de los lobos, tampoco debemos pensar que la escena primaria, existiera o no, es el origen de la neurosis del paciente, la escena que observó, si la observó, en una principio no le impresionó mayormente, es la represión sexual posterior, las amenazas del padre, de la niñera y la chacha las que ocasionan que una escena neutra en un principio aparezca en el sueño deformada y cargada de angustia. Por último, dijiste que un trastorno obsesivo compulsivo se cura con facilidad por medio de técnicas conductistas. Yo no lo aseguraría, la mayoría de manuales de psiquiatría que, desde luego, pocas veces contemplan las terapias sicodinámicas, reconocen que muchas veces la medicación es la única solución para este tipo de trastornos. Cierto que con el psicoanálisis se han cometido abusos y que es una disciplina difícil de dominar y peligrosa en manos inexpertas, cierto también que cuando los conflictos son anteriores a la etapa verbal (la mayoría en nuestro tiempo) poco puede hacer una terapia psicoanalítica sensu estricto. Pero cierto que Freud con su genio abrió una puerta que otros investigadores han aprovechado para paliar el sufrimiento humano, y lo que es más importante, prevenirlo y denunciar una sociedad generadora de neurosis aquí me quedo
.
Los investigadores son, como te decía, fatalmente hijos de su tiempo, las ideas de Darwin, otro de los autores que se citan con frecuencia, tienen que ver con el auge del liberalismo y de la libre competencia en la era victoriana. Darwin, que era una observador excepcional y un pensador bastante mediocre, no ofrece en su confuso libro que, dicho sea de paso, todo el mundo comenta y casi nadie ha leído, ni se ha encontrado posteriormente una sola prueba empírica y real de la evolución por selección natural: no hay un solo eslabón intermedio en el registro fósil, las mutaciones por sí solas es imposible que creen estructuras tan delicadas como el ojo de un cefalópodo. Es insostenible que el medio ambiente de un animal sea algo pasivo que simplemente seleccione las variedades más afortunadas. Debe intervenir de alguna manera influyendo en el genoma. No se trata de volver al creacionismo como falsamente proclaman los neodarwinistas, sino de mirar hacia atrás a pensadores como Lammarck por ejemplo, y tener en cuenta los hechos de la naturaleza y no nuestros deseos, aunque ello suponga descartar del mundo animal la libre competencia. Casi nada hay de aleatorio en la naturaleza. Eysenck, a quien citas con frecuencia, cometió el error en su trabajo de confundir correlación con causalidad. Sus argumentos a favor de la superioridad de la raza blanca sobre la negra, son claro ejemplo de dicha confusión. Desconozco su trabajo crítico sobre Freud, pero casi aseguraría que su pensamiento ultraconservador le impidió ver el panorama con claridad. Aunque reconozco, como he dicho arriba, que en cierta época (años 40 y 50, sobre todo en EEUU) se abusó y banalizó el psicoanálisis como si fuera la explicación de todo.
Otro problema con el que me he topado en vuestros argumentos es el del reduccionismo, la obsesión de demostrarlo todo experimentalmente aislando unas cuantas variables cuando en la naturaleza todo interacciona. El cuerpo humano, pese al símil del padre del racionalismo, no funciona como una máquina es decir cada parte no se encarga de una función aisladamente del resto, sino que existe en relación a las demás. No somos máquinas y cualquier patología (salvo quizá, las lesiones) se manifiesta tanto en lo síquico como el lo somático. Por carecer de un principio unificador las emociones propuestas en la asignatura son, a mi entender, un totum revolutum puramente descriptivo: celos, amor, envidia, tristeza, asco…, ¡hasta felicidad!, tantas como palabras hay en el diccionario. El psicoanálisis considera, en cambio que hay dos grandes “emociones”, ya presentes, por cierto, en la ameba: el placer, que nos hace tender hacia el exterior y relacionarnos con el medio y el displacer o dolor que nos retrae hacia dentro, todo el resto de emociones, yo más bien hablaría de sentimientos, son, simplificando mucho, la percepción consciente de estos estados, pero por debajo siempre está la búsqueda del placer y la evitación del dolor. En fin, podría seguir argumentando, pero creo que ya es suficiente. Si algo le agradezco a la facultad es que me despierta el sentido crítico. Y si alguna vez he intervenido en clase es porque creo que los alumnos jóvenes merecen escuchar otro punto de vista. Creo, en fin, que el debate es saludable.
sábado, 19 de septiembre de 2009
Un tal racional (respiros)
Dos velas de la misma altura se encienden a la vez. Una se consume en diez horas y la otra en cuatro. ¿Cuánto tiempo ha de pasar para que que la longitud de una sea el doble que la de la otra?
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Pensamiento anal
martes, 8 de septiembre de 2009
Más gérmenes
Dichosos los escritores que cambian de lengua porque se desprenden del sentimentalismo.
Dichosos los escritores sin presbicia porque pueden apreciar los detalles con toda nitidez
Siempre que haya niebla conviene esperar a que escampe para evitar tener que imaginarnos lo que hay detrás.
La poesía de Ashbery como nuestro pensamiento es obvia sin ser clara.
viernes, 4 de septiembre de 2009
Aunque confuso obvio
El cuestionario de Proust
Estoy empezando a preguntarme
si esta alternativa de
permanecer sentado y dedicarme a hacer algo en silencio
es la inteligente iniciativa que parecía ser. Es
también relajación y luz del sol ramificándose en
apasionada melancolía, recelo de algo desconocido;
y nuestras mentes, aparcadas en el cielo sobre Nueva York,
son no obstante responsables. Noches
en las que llega el periódico
y tu caminas por los alrededores de la casa
desgarrándote del amante cada cinco minutos
y duele, aunque nunca nada es realmente limpio
o doblemente falso. Estás perdiendo el control
y todavía hay flores y halagos en el aire:
"Cuánto te gustó este último?".
"¿Estuve bien?" "Creo que es un bodrio"
Es una pregunta de preguntas, primero
esa de tipo pelos y señales que tú sabes que puedes contestar
y las más impersonales que contestas casi sin pretenderlo:
"Mi mayor arrepentimiento" "Lo que mantiene el mundo en pie"
Y a continuación los resultados son brillantes:
alguien es convocado ante un nombre, y pronto
una habitación llena de gente se convierte en algo denso y [delineado
y las palabras emergen de la pared
para marcar el ritmo generación tras generación.
Y veo una vez más cómo todo
debe depender de mí: aquí una calamidad para ser suavemente [alisada
como tirabuzones, allí la suerte de la descodificación
de esta singular cifra de colores
primarios y secundarios, y los animales
junto a nosotros en el arca, felices de encontrarse allí mientras
[se calma
dentro de un mar siempre más violento.
John Ashbery (versión de Ignacio Infante)
sábado, 22 de agosto de 2009
Taxonomía perruna
Paso ya, y trato de abreviar porque las ideas acuden en aluvión, a la segunda categoría, la de quienes han comprado el perro. Categoría esta, que por ser más variopinta dividiremos en dos grupos o clases: Primero, la de aquéllos que poseen un miniperro o peluche animado. No hay comentarios, basta mirar al canecito sea shitshu, el peor caso, o yorkshire, su comportamiento, sus caquitas, su peinado (del que el perro es tan responsable como su dueño) para reconocer en el propietario a un ser que se arrima allá donde al coro no le tiembla la voz. Opino que estos canes forman una especie aparte y no merecen ni deberían llamarse perros. No incluímos a los pequineses felízmnente han terminado por deslizarse a la categoría de chuchos. Tampoco a los ratoneros que siempre la integraron.
La segunda clase, la de los perros grandes comprados, incluye tres subclases u órdenes, tajantes y sin matices: la de quienes compraron ese perro que sólo debió existir en las películas, me refiero al dálmata pero igualmente podría ser el cocker, animal nervioso, acuático y cazador que ha tenido la mala fortuna de nacer con esas extravagantes manchas negras y blancas. Como los ciudadanos afables y epidérmicos que los portan, padres, madres e hijos ejemplares en apariencia, distan mucho de cubrir sus necesidades de baño, caza y ejercicio, el perro y a menudo la familia entera acaba por sucumbir a la neurosis. Siguen los dueños de perros de lujo, labradores y góldenes la mayoría. Suelen ser hombres pacíficos, distantes, solitarios y aburridos como el perro, también son extraviados, excéntricos y exmaridos. Abundan en los Jardines de Viveros a últimas horas de la tarde, aunque la bonanza económica de las dos últimas décadas los ha extendido también a los suburbios. Llevan reloj de pulsera y son muy amables si se les pregunta la hora.
La tercera y penúltima clase de entre los perros comprados es la de los dueños de perro pastor, su prototipo, el subcampeón de todo, el pastor alemán. Son hombres pulcros y anticuados, guardan similitudes con los dueños de labrador aunque con ellos se puede mantener conversación porque son más amables y pedagógicos en sus comentarios. Son los únicos que reparten por igual la atención entre ti y tu perro.
El orden de mis simpatías es chucho, pastor, dálmata, labrador, peluche animado y perro que asusta. Naturalmente, es sólo mi criterio y se fundamenta en que yo tengo una chucha que cuando quiere acude a la voz de Loba. Diré en mi descargo que ya no quedan hechos ni huevos de corral: todo es opinión
sábado, 15 de agosto de 2009
Embellecer la vida no es difícil
al caballero de París. Una bruja
me aconsejó rezar a la Virgen de Regla
desde el malecón. Conocí a Yailén. Vi
la falsa tumba de Cortázar. El azar
me condujo a la playa de Guanabo,
patria de Bola de Nieve, me bañé
más allá de la última caseta. Vi atardecer
el veintitrés de julio, una nube
ocultó a nuestra vista el rayo verde.
Di mi última calada en Valle de Palmira.
Abandoné los chicles. Tomé fotografías
que debieron velarse. A caballo
rompí el silencio de la selva.
De regreso a Valencia me acompaña un hidalgo
que enloqueció para poder contar
su vida sin sonrojo. Tantas ocupaciones
impiden concentrarse en lo que importa.
Y el verano sigue.
domingo, 9 de agosto de 2009
Psicoanalista Heidegger
miércoles, 5 de agosto de 2009
Trópico utópico
Di la mano al caballero de París. Vi atardecer desde Guanabacoa, patria de Bola de Nieve. Estuve en La Habana. Una bruja me aconsejó rezar a la Virgen de Regla desde el malecón. Conocí a Yailén. Vi la tumba de Cortázar. Fumé mi último cigarrillo, hecho por un guajiro con el mejor tabaco de la isla, en el valle de Palmira. Abandoné los chicles. Leí Apuesta al amanecer y La Sonata a Kreutzer. Leo El Quijote junto a los peligrosos comentarios de Miguel de Unamuno. Tantas ocupaciones impiden concentrarse en lo que importa. Y el verano sigue.
miércoles, 8 de julio de 2009
Vacaciones
Laurence Sterne
Plataforma, Michel Houellebecq
sábado, 4 de julio de 2009
miércoles, 1 de julio de 2009
Tratado de Ateología, Mischel Onefroy
viernes, 12 de junio de 2009
Ayer en la tele
miércoles, 10 de junio de 2009
Al menos mientras contemplamos...
viernes, 5 de junio de 2009
La ineludible abstención
Para votar sería exigible:
Elección de una asamblea constituyente que redacte una constitución democrática y derogue la monarquía para después autodisolverse.
Elecciones legislativas y presidenciales separadas. Prohibición de que los miembros del gobierno formen parte del parlamento.
Listas con candidatos elegidos por distritos electorales (a una o dos vueltas). Sistema mayoritario y no proporcional pues la proporcionalidad impide que el diputado responda ante sus electores.
Un poder judicial independiente elegido por el pueblo o por las distintas asociaciones de magistrados
Estos argumentos jamás se escuchan en los medios de comunicación. Es posible que en España haya libertad de pensamiento, pero no hay libertad política ni de expresión.
Si votas legitimas el sistema. No entres en el juego. Modera tu apetito. Que no decidan por ti. No votes.
sábado, 30 de mayo de 2009
Mala fe, ignorancia, consenso y mentira
En emoción, por ejemplo, ignoran algo tan elemental para unificar las emociones como el placer que traslada la energía del centro a la periferia del organismo y el displacer que la moviliza hacia el centro (diafragma). Lo que llaman emoción entonces se convierte en un totum revolutum con explicaciones dispares y emociones pintorescas tales como orgullo, empatía, asco, celos, verguenza, bochorno, ansiedad, felicidad...una lista de emociones tan interminable y poco operativa como las diversas experiencias subjetivas humanas registradas en el diccionario.
Estos idólatras de las ciencias duras, podrían tomar ejemplo de las matemáticas. En ellas, al ser una pura creación mental, el consenso es inviable y la verdad (porque sólo podemos hablar de verdad cuando dejamos fuera el mundo) se abre paso de modo aristocrático. En la institución universitaria cuando se trata de ciencias humanas, demasiado humanas aparecen la mala fe, la ignorancia y sus dos corolarios: consenso y mentira.
sábado, 23 de mayo de 2009
miércoles, 20 de mayo de 2009
Quince razones para una ciudad
porque la noche es noche.
porque los policías van vestidos de verde.
porque no vi ambulancias.
porque se come bien.
por el angel dorado que vi al salir del parque.
por el silencio.
porque las bicicletas son sencillas.
por los raíles que cruzan el asfalto.
por los cócteles.
por el precio de los gin tonics.
por las chiquillas rubias.
por el color de la cerveza.
porque las camareras te sonríen.
porque no hay muros altos.
por como sueña el alemán.
por las Puertas de Babilonia que me recordaron a Lear King en los claustros.
por el cielo sobre Berlín.
domingo, 17 de mayo de 2009
martes, 12 de mayo de 2009
martes, 5 de mayo de 2009
Salvo el crepúsculo
Este camino
ya nadie lo recorre
salvo el crepúsculo.
Lo que salva el crepúsculo de salvo el crepúsculo
martes, 28 de abril de 2009
Rupert Sheldrake
jueves, 16 de abril de 2009
Malhumorado, cínico y dócil
Guión romántico
Se veía venir desde siempre,
después, ya estaba aquí, así de simple, paralelo
al curso de los días. Para entonces éramos nosotros
quienes habíamos desaparecido por el tunel de un libro.
Levantarse temprano, unirse al transcurrir
de las noticias del día. ¿Por qué no? Al contrario
que otros no tenemos nada que pedir
o prestar. No somos más que piezas de una sólida geometría:
cilindros o romboides. Cierta satisfacción
se nos otorga. Pues claro que podemos
volver a por más –esa es la parte humana
del desfile. Y aún se vislumbran regiones
más oscuras que alguna vez tendríamos que explorar.
Por ahora basta con que el día termine, trajo
su carga de frescura, la soltó y se fue: en cuanto a nosotros,
seguimos aquí, ¿no?
Versión de Ignacio
Fútbol
libres del deber, por el gusto del pasto, en la delicia de ver
rodar,
de sentir como nace del pie la precisión que en la vida normal
le arrebató la mano,
estamos reunidos hoy en este campo donde no crece ni la
cebada ni el trigo;
somos el coro que lamenta y que festeja,
el suspiro que acompaña al balón cuando pasa de largo
y el grito entre las redes.
Nació la pelota con una piedra o con la vejiga hinchada
de una presa abatida.
No la inventó un anciano, ni una mujer, ni un niño;
la inventó la tribu en la celebración, en el descanso en
el claro del bosque.
Contra el hacer, contra la dictadura de la mano,
yo canto al pie emancipado por el balón y el cesped,
al pie que se despierta de su servil letargo,
a la pierna artesana que vestida de gala va de fiesta,
al corazón del pie, a su cabeza, a su vuelo aliado de
Mercurio,
a su naturaleza liberada del tubérculo,
a cada hueso de los dos pies, a sus diez dedos
que nunca se aprestaron para contar la plata,
que atrapan habilidades hace milenios olvidadas en las
ramas de los árboles.
Yo canto a los piés que fatigados de trabajar las sierras
bajaron al llano e inventaron el fútbol.
Todos los versos salvo uno son de Antonio del Toro
miércoles, 15 de abril de 2009
Para un sobre de azúcar
-Porque sólo quien es infeliz puede aspirar a la felicidad.
(Sobre un tema de Unamuno)
sábado, 11 de abril de 2009
Lición recitada
quienes nacen y aquéllos
que la vida construye: Neruda o Vallejo,
Jiménez o Machado. Los primeros
suelen ser preciosistas y versátiles,
tienen obra abundante.
Los últimos escriben
aferrados a un tema,
normalmente, el pasado.
No saben despedirse de su infancia
ni hacer virajes bruscos, ofrecen
dos o tres grandes libros, después callan.
Son, a menudo, minusvalorados
por sus contemporáneos.
Suelen ser infelices. Los prefiero
jueves, 9 de abril de 2009
miércoles, 8 de abril de 2009
Gérmenes
De ahí que Cervantes fallara en favor de las armas y Machado fuera tan buen caminante como poeta.
¿Podría construirse un artefacto o ingenio pensado con el cuerpo? ¿Una máquina irreductible a su partes? ¿Una máquina sin mecanismos?
¿O será todo átomos y vacío como pensaban Demócrito y Einstein?