viernes, 12 de junio de 2009

Ayer en la tele

R.L Stevenson, molesto por las apreciaciones de su plúmbeo amigo Henry James, quien se quejaba de que un personaje de su último relato se había trasladado de ciudad sin proporcionar al lector detalle alguno de su viaje, le resumió por carta en esta frase su concepción del estilo: “Guerra al adjetivo y muerte al nervio óptico”

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