domingo, 23 de diciembre de 2012

Yo estuve allí

Por su enorme interés pongo el video de la conferencia que la semana pasada pronunció Antonio García Trevijano en la Facultad de Geografía e Historia. Sabiduría, valor, hombría, humor, ninguna falsa modestia, nula intención de alabar al auditorio, ataques de cólera... Tanta es la humanidad del personaje que incluso los más críticos, aquéllos que venían dispuestos a reventar la conferencia tuvieron que rendirse a la evidencia y acabaron haciéndose fotos con Don Antonio. Haber estado allí fue un privilegio, pero también fue una pena comprobar qué pocos éramos escuchando la verdad sobre esta monarquía de partidos de la que somos obedientes súbditos.


 

miércoles, 12 de diciembre de 2012

En la cocina

 Acabo de descubrir que los vasos de tubo son ideales para mantener fresco el perejil.

domingo, 2 de diciembre de 2012

La luna escuchará vuestros ladridos


Entre las moscas

Poetas troyanos
Ya nada de lo que podría ser vuestro
Existe

Ni templos ni jardines
Ni poesía

Sois libres
Admirables poetas troyanos

                         ( Roberto Bolaño, Los perros románticos)

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Personaje de ficción

El otro día, una compañera del insti me dijo en voz alta, en plena sala de profesores, que había soñado que trabajada de camarera en un chiringuito de playa regentado por mí. Todo empezaba bien, pero resulta que, acabada la temporada me negaba a pagarle causándole gran disgusto y trastocando el idílico sueño en pesadilla. Recuperado de shock, he visto los ojillos oscuros de la profesora de religión que estaba en la sala junto con algunos (pocos, menos mal que había huelga) compañeros más, que me miraban como diciendo: a ver como sales de esta, que menuda has liado. Yo (que en el fondo me sentía halagado de ser un personaje de ficción) iba a contestar que si no tenía suficiente pago con el verano que habíamos pasado junto al mar le interpretaba el sueño allí mismo, sin ni siquiera tumbarla en el sofá de la sala de profes, pero luego he pensado que a lo mejor era tan imprudente como para aceptar el trato y he optado por mascullar unas disculpas de lo más convencionales.

martes, 13 de noviembre de 2012

El caballeroso enseñante

"Una clase pierde respeto a un enseñante mediante pasos imperceptibles, que el enseñante tolera por cortesía sabiendo que su presencia y no sus reprensiones deben inspirar el silencio. Pero conforme el alboroto se hace general, el enseñante debe intervenir y reprender a alguien. La clase comprende que el enseñante no es invulnerable, que alguien ha hablado, que ese alguien puede serlo cualquiera de ellos. Siguen otras reprensiones que acostumbran a la reprensión. Comoquiera que no todos pueden ser reprendidos, se forma un estado de alboroto tolerado que excusa a cada alumno en particular. El enseñante reprende ahora con mayor violencia y en consecuencia -tanto da- los alborotos se hacen más malignos, intencionales, dado que el enseñante o resiste por caballerosidad o no consigue encontrar castigos inhibidores. El alboroto se convierte en consecuencia en un estado endémico, de distracción, de desahogo, de guerra, ahora que se conocen los límites de las reacciones del enseñante. Su simple presencia no basta ya para hacer callar, es necesaria la reprensión y la reprensión ha descubierto su precariedad"
                                                            El oficio de vivir, Cesare Pavese

miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿Tontos o cínicos?

En clase

Esta mañana una chiquilla de primero de Eso me ha preguntado si para ser notario necesitas matemáticas.

sábado, 27 de octubre de 2012

Mira lo que piensas

La ventaja de escribir sobre lo que veo es que la realidad, tan prosaica y tozuda, siempre está presta para desmentir las frases lapidarias que deslizo. El otro día, viendo un mendigo dormir en un banco del parque me admiraba de cómo es posible que el sueño triunfe sobre tantos problemas. Ayer, en ese mismo banco, estaba el mismo mendigo durmiendo, y supongo que la misma botella de Bezoya, que entonces no vi, medio llena de vino debajo del banco.


domingo, 21 de octubre de 2012

Las bolsas del Súper

Empiezo a escribir esto pensando que en Mercadona ha bajado la calidad de las bolsas desde que las cobran, y así la infame cadena vende más por menos coste. Pero a medida que escribo me doy cuenta de que, desde que tenemos que pagar dos céntimos, yo y por lo que he observado mientras hago cola, otros clientes, exigimos de la bolsa (si es que la compramos: anoche hice malabarismos para llegar a casa cargado con una botella de Bezoya y una barra de pan en cada sobaco, media docena de huevos camperos en una mano y la correa de la perra en la otra) unas prestaciones mucho mayores a las que la cajera calculaba con generosidad cuando eran gratuitas. O sea que me quito la razón y se la pongo al pérfido enemigo, aunque seguro que hay algún gato encerrado o alguna liebre corriendo por el mar...



sábado, 13 de octubre de 2012

Vida natural

Lo mismo que hay almas benditas que al preparar una ensalada van a la huerta a por los tomates. Un servidor, si quiere un plato limpio lo friega, y cuando necesita una camisa la destiende.

Justicia poética

Por muy convincentes que sean nuestros aullidos, cuando se extinga el último lobo se acabará la luna.

sábado, 6 de octubre de 2012

Supermercados de confianza

Después de media vida yendo al mismo Mercadona qué humillación tener que demostrar todas las semanas tu honradez levantando el carrito y mostrándoselo a una cajera que conoces desde hace quince años. Y encima estoy convencido de que ella pasa tanta vergüenza como yo.

martes, 2 de octubre de 2012

Alabado sea el instinto

Cuando veo a alguien durmiendo a pierna suelta en un banco del parque junto a un carrito con sus pertenencias me  pregunto cómo es posible que el sueño triunfe sobre tantos problemas.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Una bici sin timbre

La otra noche mientras corríamos por el carril bici de Alboraya una chica montada en bicicleta nos hizo el sonido cling, cling, para pedir paso. Si hubiera sido de nuestra generación hubiera hecho ring, ring. Bueno, eso es todo.

martes, 11 de septiembre de 2012

Empieza el curso

"Siempre lo mismo y no lo aprenden nunca."

       (Dicho esta mañana por una profesora del IES Villamarxant)

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Barro mi casita

Pues resulta que como el recubrimiento plástico del mango de la escoba está cuarteado cuando barro se desprenden unos pedacitos de plástico que barro diligente desprendiendo nuevos pedacitos de plástico que barro diligente hasta que encuentro una tangente que me lleva al bazar chino de la esquina.

viernes, 31 de agosto de 2012

Pensado en la cocina

Con lo que cuesta pelar una patata luego va y resulta que está verde.

sábado, 14 de julio de 2012

01 chiste

Hay 10 tipos de personas: las que saben códigos binarios y las que no.

lunes, 9 de julio de 2012

Cuando nadie comenta es como si el robot que gestiona todo esto escribiera un "sin comentarios" para reñirme.

jueves, 28 de junio de 2012

Qué bochorno

Subía con la vecina de cuarto que es rubia guapa, tímida, robusta y moderadamente infeliz en su matrimonio, aunque su marido no es ningún demonio, en realidad, a mí me cae muy bien. Y creo que los dos podrían ser más felices. Hay casos en que no, pero estos tienen materia prima para serlo.  A veces fantaseo con hacerles una terapia de pareja, no sé, comprarles perdices o algo así para que se las coman. Pero a lo que iba. Venía también con nosotros un señor insulso que vive en el segundo. Yo vivo en el tercero, y cuando nos hemos quedado a solas, me he animado a conversar:

-Qué bochorno, eh?

-Sí, hoy todo el día con el aire puesto.

Y eso ha sido todo. Lo que más me gusta es haber conseguido hablar del tiempo en el ascensor con  naturalidad. Tan emocionado estaba, que había vuelto a casa a por las llaves del coche y me he vuelto a bajar sin ellas. Por cierto, que al subir por segunda vez juro que he coincidido con la vecina del primero, y ha sido ella la que se ha puesto a hablar del tiempo, pero yo ya pensaba en otra cosa.

lunes, 25 de junio de 2012

Rodeado de esplendor

Que todo brilla es algo que compruebo cada día buscando un sitio mate para apoyar el ratón.

sábado, 16 de junio de 2012

Arte menor

Levanto la cabeza de los apuntes y entonces veo a la Loba con las patas apoyadas en la baranda del balcón y las orejas levantadas al viento. Salgo corriendo para no perderme el espectáculo. La niña del primero está tocando el Himno a la alegría con su flauta escolar. Por una vez la Loba y yo coincidimos: Los dos estábamos aburridos en el salón, a los dos la chiquilla nos cae muy bien, y los dos disfrutamos del inesperado regalo que nos trae la tarde de primavera. Ni la mejor orquesta hubiera conseguido emocionarme así. Alguien que sin pretenderlo te hace un regalo que no esperas. Ese es todo el secreto. Y tener el balcón abierto, claro.

viernes, 1 de junio de 2012

En el estanco

Como empieza el mes y todavía no he ido al banco bajo al estanco cargado de monedas de cinco y diez céntimos dispuesto a comprarme el último paquete de Winston de liar de mi vida. Sé que quien me conoce se reirá, pero el viernes que viene lo dejo para siempre. Y ya que estábamos de celebración como soy bastante envidioso y el cliente anterior se acababa de comprar un paquete de Marlboro de liar, tiro la casa por la ventana y cuando me llega el turno pido Marlboro. Saco todas las monedas, empiezo a contarlas y la estanquera a mirarme con cara de estar perdiendo la paciencia. Después de un minuto, que a ella se le ha debido hacer mucho mas largo porque yo estaba entretenido y ella ociosa y de cara a la cola, lo recuenta y comprueba que faltan treinta céntimos, lo que me obliga a pedirle el Winston de 12,5 gramos habitual (suelo pedirlo pequeño a fin de dejarlo para siempre cuando se termine) y a contar de nuevo para ver si esta vez llega. Entretanto, inocentemente, le pido que me dé lo que se había llevado y dejado aparte del intento de compra anterior, pues soy pudoroso y no me gusta meter la mano en los mostradores blindados ajenos. La estanquera, de malos modos, me contesta que ella no se había llevado nada. Reformulo la frase para no ofenderla y sigo contando mientras ella se decide a despachar a través del hueco que mi delgadez le deja. Cuando por fin recuento y ella rerecuenta, me comunica que faltan diez céntimos. Me disculpo diciéndole que en mi presbicia había confundió los cinco céntimos de euro con peniques ingleses. La impertinente me contesta que no sabe lo que son, que no viaja, pero que está segura de que no son euros. Rebusco en el bolsillo hasta pagar el último céntimo y me marcho con la Loba pensando en que menos mal que es la última vez que voy al estanco a que me atienda esa maleducada que se enriquece a costa de los pulmones del barrio. 

Luego, de vuelta a casa, mientras miro a la Loba husmear en un alcorque ajena a toda la mezquindad del mundo, trato de disculparla pensando  que los verdaderos malos son las multinacionales o los bancos, pero como el pensamiento abstracto se me da mal regreso a la estanquera. Y esta vez pienso, que si por ella fuera, si la inteligencia y la maldad (porque de avaricia va sobrada)le dieran para hacerlo estaría encantada de ser la dueña de un banco o de una multinacional sin importarle nada enriquecerse a costa de los pobres niños de Biafra. Y encima viajaría

jueves, 31 de mayo de 2012

Queridos lectores


Lobo Lucas está seguro de que hay más escritores que lectores y aunque la certeza es absoluta, hace de tripas corazón y se decide a ser empírico escribiendo la frase muchas veces para demostrarlo: hay más escritores que lectores, hay más escritores que lectores... Al final, acaba extenuado y concluye que ni siquiera es necesario leerse para escribir, pero no consigue eyacular que hubiera sido la demostración más tangible y concluyente de la veracidad de su aserto.

viernes, 18 de mayo de 2012

De la construcción de la muralla china

Después de leer La muralla china de Kafka, a uno se le pasan las ganas de leer cualquier otra cosa pues tiene el bien fundamentado temor de que ninguna otra lectura le proporcione tanto que roer.

jueves, 10 de mayo de 2012

La locura de Tolstoi

El evangelio moraliza sobre la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio, pero olvida que el ojo, por su propia naturaleza, es incapaz de mirar hacia adentro. El maestro educará mejor a sus discípulos mostrándoles antes sus propios errores, contradicciones y hasta vicios que sus posibles virtudes. Los alumnos intuyen que habría de ser así casi desde que pisan la escuela, pero pronto se decepcionan, pues no hay maestro capaz de colocar patas arriba la pedagogía y sacudirla hasta que le caigan todas las monedas falsas.

sábado, 28 de abril de 2012

La clase de los viernes

El otro día, a petición de los alumnos (los viernes a última suelo dejarme engañar) hicimos clase de juegos lógica. Y una alumna que, según sus compañeros, ha viajado de Villamarchante a París donde se ha hecho unas pruebas para ser modelo, me ha preguntado si no había problemas de lógica para rubias.

Yo he contestado que hacer una observación tan ingeniosa no era propio de una rubia

Y después los dos hemos seguido (yo intentando dar clase y ella disimulando que la recibía) tan contentos.

Después de unos cuantos problemas, como estos días me encuentro particulamente feliz, me he saltado a la torera las normas de respeto a la diversidad e igualdad entre géneros y he comentado que los chicos iban ganando por goleada, y una alumna también rubia pero de bote, me ha contestado que las chicas tienen cosas muchísimo más interesantes que hacer antes que descuernarse completando un cuadrado mágico.

Carcajada general de chicos y chicas de todos los pelajes incluyendo a este profesor castaño.

lunes, 16 de abril de 2012

Experiencias berlinesas

Los mejores bocadillos que he comido nunca.

Una cerveza tan buena y tan bien tirada que da casi igual la marca que pidas.

La chica que salió del puesto de bocadillos de la estación a buscarme porque había olvidado llevarme las servilletas.

El jubilado que dedica su ocio a ayudar a los turistas perdidos en el metro.

Un grupo de chimpancés protagonizando una escena familiar que me provocó las mayores carcajadas desde hace meses.

Un orangután joven metiéndose del todo en un saco y rodando por la paja como si fuera un fardo

En el jardín botánico mirar dentro de un invernadero las plantas que veo aquí cuando salgo al campo.

Un cilindro lleno de agua y dentro de él decenas de medusas latiendo.

Un estudiante de la Universidad Libre que me llevó en su coche a recuperar el móvil que había perdido.

Un ambiente tan agradable que no tienes ganas de perder el tiempo en ningún museo.

Un garito cualquiera de la Berlin Strasse con música en directo y mucha gente mayor con muchas ganas de pasárselo bien.

Una Suzuki amarilla de los años setenta aparcada en la acera.

Farolas que iluminan lo suficiente para guiar a una borracho sin deslumbrarlo.

Tazas de water limpias como espejos en garitos donde la gente bebe cerveza sin parar.

Un horno con tantas cosas buenas en las vitrinas que no sabes qué pedir.

Muy poca gente mirando el móvil o hablando por él.

Un grupo de adolescentes que se levantó en el metro para dejar que se sentara un grupo de deficientes mentales.

Muchos perros y ninguna caca en las aceras.

Bicis sin marchas ni amortiguadores, pero con asientos muy cómodos.

miércoles, 28 de marzo de 2012

El guardián entre el centeno

A los alumnos de primero de bachiller, que lo tuvieron que leer en tercero por obligación, les he preguntado que de qué iba el libro:

-Pues va de un niño que se queja mucho

´-¿Y de qué se queja?

 Pues, por ejemplo, de tener que leer libros por obligación, me hubiera gustado que contestaran.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Evaluaciones III

Escucho los comentarios de algunos colegas, pero llevo un talismán en la mochila. Un panfleto antipedagógico que se titula "El guardián entre el centeno"

Evaluaciones II

El profesor más dañino no es el más severo ni el más vago ni el más quemado. Es el que culpabiliza al alumno desde su falsa bondad. Contra el profesor cabrón, aunque sea de pensamiento, uno puede rebelarse. Contra el bueno sólo se puede pensar: no soy digno de ti.

martes, 20 de marzo de 2012

Evaluaciones

"En esta vida se puede ser de todo menos un coñazo."

                                                          (Michi Panero)

viernes, 9 de marzo de 2012

En el bar de la esquina

Como no tenía café en casa, la otra mañana fui al Claudio, que es el segundo bar más cercano a mi casa. El primero lo abrieron hace poco, pero yo soy un hombre de principios. Bueno, pues estaba en la barra con dos de los borrachos habituales, cuando un tercer borracho, sentado en una mesa a nuestra espalda, con  gorra de marino y pendiente, que se estaba pimplando una botella de tinto, ha pedido un carajillo descafeinado de wisky con sacarina. Y en eso los dos borrachos de la barra,  dos veteranos que no necesitaban  llevar gorra ni pendiente  para demostrar haber cruzado el cabo de Hornos, mientras comprobaban en El Levante que no les había tocado ninguno de los muchos cupones de la Once que habían comprado, se han mirado entre ellos para no tener que malgastar ni una palabra sobre lo complicada que se está poniendo la vida últimamente.

sábado, 11 de febrero de 2012

Ética callejera

Esta mañana frente a una caca de la Loba me he visto inmerso en un dilema moral que voy a intentar explicar: no llevaba papel ni bolsa de plástico ni nada más allá de mis dos manos lavadas para recogerla. Y en eso he visto que en una farola próxima habían pegado un papel que anunciaba clases de guitarra. ¿Qué hacer? Normalmente en esas circunstancias, que suceden a menudo debido a mi falta de previsión, arranco el papel y recojo la caca. Pero, por lo general, esos papeles los ponen especuladores sin escrúpulos que venden pisos o garajes, o eso me parece, porque también podría tratarse de una pobre familia desahuciada que no puede hacer frente a la hipoteca. O un enfermo grave que tiene que vender el piso para pagarse un tratamiento. Tal vez, pero llegado ese caso creo que el daño que inflijo a esos hipotéticos desgraciados compensa la posibilidad de que alguien se manche los zapatos y desprenda mal olor. 

De todas formas, en este caso, se trataba de él, un artista, una pobre cigarra cantora, y de mí, un pulcro funcionario tan necio como para negarle acceso al hormiguero  en pleno invierno y plena crisis.  Además, llevándome el papel me estaba llevando veinte teléfonos puestos en fila. ¡Veinte posibilidades! Empecé a contemplar otras alternativas como emprender una excursión larga para buscar uno de esos folletos de Media markt que tan buenos servicios me prestan, pero aparte de que ya imaginaba que habría un corrillo de gente pendiente de mi decisión, ¿quién me decía a mí que entre tanto algún sufrido ciudadano no pisaría la mierda?, aunque pudiera ser que ese ciudadano fuera supersticioso y no deseara otra cosa que pisar una mierda para salir de una horrible mala racha. Tantas eran, en fin, las contingencias que se derivaban de cualquier decisión y tantos los tirones que me daba la Loba instándome a tomarla que, finalmente, mientras estaba ahí plantado en un ser o no ser existencial, decidí que la mierda con el sol del mediodía se habría secado los suficiente para mandarla a la cuneta y continué mi paseo con la puntera del zapato derecho algo manchada, las manos limpias y el corazón bombeando sangre como un músculo más.

sábado, 4 de febrero de 2012

Preguntas a papá

"Pues si Júpiter y las otras divinidades con terrible estrépito golpean los templos resplandecientes del cielo cuando les viene en gana, ¿por qué no hacen que cuantos andan empollando una maldad evitable reciban el golpe y despidan llamas de relámpago en su pecho traspasado, duro escarmiento para los mortales, y en cambio quien no es culpable de ninguna fea acción se revuelve entre llamas, siendo inocente y queda preso y arrasado por el celestial torbellino y el fuego? ¿Por qué ademas atacan parajes desiertos y trabajan en vano? ¿Es que tal vez entonces están acostumbrando sus brazos y robusteciendo sus músculos? ¿Y por qué permiten que contra el suelo el dardo del Padre se despunte? ¿Por qué el propio padre lo deja y no lo reserva para sus enemigos? En fin, ¿por qué Júpiter nunca con el cielo por todas partes despejado arroja a la tierra el rayo y esparce el trueno? ¿O es que acaso cuando las nubes se le ponen debajo, desciende entonces hasta ellas para cerca desde allí apuntar bien el tiro del dardo? ¿Contra el mar ¿por qué razón también dispara? ¿De qué acusa a las olas, a masas de agua y llanuras inundadas? Además, si quiere que andemos precavidos ante el golpe del rayo, ¿Por qué duda en permitirnos que lo veamos cuando acaso lo dispara?; si quiere aplastar a los desprevenidos con su fuego, ¿por qué truena de la parte que sea para que podamos evitarlo?, ¿por qué antes provoca oscuridad, estruendos y murmullos? ¿Y cómo vas a creer que él dispare a la vez en muchas direcciones? ¿O no serías capaz de sostener que nunca ocurre eso de que en un solo instante se produzcan muchos golpes? Pero no, muchas veces ha ocurrido y es forzoso que ocurra que, tal como llueve y caen aguaceros en zonas diversas, igualmente se sucedan muchos rayos en un solo instante. Y por último, ¿por qué con el rayo dañino derruye santuarios famosos y moradas santas de los dioses, o quiebra estatuas de divinidades bien cinceladas y a su propia imagen la priva de esplendor con estropicio tan fiero? ¿Y por qué las más de las veces ataca parajes elevados y en las cimas de los montes vemos muchísimas trazas de este fuego suyo?"
                                                          Lucrecio, La naturaleza de las cosas

domingo, 22 de enero de 2012

El arte de amargarse la vida

El otro día pensé que el mejor libro de Autoayuda sería uno que enseñara a las personas desgraciadas a serlo totalmente, sin resquicio ninguno para la esperanza o enmienda. Y, como todas buenas ocurrencias, indagando en internet, he visto que un filósofo llamado Paul  Watzkawick me ha ahorrado la molestia de escribirlo, se titula "El arte de amargarse la vida" y, si sus consejos son eficaces, ese sí que sería un verdadero libro de autoayuda. Porque lo mismo que cuando intentamos con todas nuestras fuerzas estar contentos o alegres se nos pone un humor aún más sombrío; o cuando intentamos ser buenos a toda costa la boca se nos llena de espuma como a los perros rabiosos; o cuando queremos dormirnos sólo conseguimos aumentar el insomnio, si nos proponemos ser desgraciados en todos los momentos y circunstancias igual acabamos riéndonos de nosotros y hasta contando entre risas a la gente que queremos lo desgraciados que somos.

viernes, 20 de enero de 2012

Hacerse mayor

"Así pues, no es necesario que un príncipe posea de verdad todas esas cualidades, pero si es muy necesario que parezca que las posee. Es más, me atrevería incluso a decir que poseerlas y observarlas siempre es perjudicial, mientras que fingir  que se poseen es útil; es como parecer piadoso, fiel, humano, íntegro, religioso y además serlo realmente; pero, a la vez, tener el ánimo dispuesto para poder y saber cambiar a la cualidad opuesta si es necesario. Y hay que entender bien esto: que un príncipe no puede observar todas las cualidades que hacen que se considere bueno a un hombre, ya que para conservar el estado, a menudo necesita obrar contra la lealtad, contra la caridad, contra la humanidad y contra la religión. Por eso ha de tener dispuesto el ánimo a cambiar según le indiquen los vientos de la suerte y los cambios de las cosas y, como dije antes, no separarse del bien, si puede, pero saber entrar en el mal, si es necesario."
                                                            (Nicolás Maquiavelo, El príncipe )


martes, 3 de enero de 2012

Menos barro

"Pero lo que más que nada contribuye directamente a nuestra felicidad, es un humor jovial, porque esta buena cualidad encuentra inmediatamente su recompensa en sí misma. En efecto; el que es alegre, tiene siempre motivo para serlo, por lo mismo que lo es. Nada puede remplazar a todos los demás bienes tan completamente como esta cualidad, mientras que ella misma no puede reemplazarse por nada. Que un hombre sea joven, hermoso, rico, y considerado, para poder juzgar su felicidad la cuestión sería saber si, además es alegre; en cambio si es alegre, entonces poco importa que sea joven o viejo, bien formado o contrahecho, pobre o rico: es feliz."
"Así pues debemos abrir puertas y ventanas a la alegría, siempre que se presente, porque nunca llega a destiempo, en vez de vacilar en admitirla, como a menudo hacemos, queriendo primero darnos cuenta de si tenemos motivos para estar contentos por todos conceptos, o por miedo de que nos aparte de meditaciones serias o de graves preocupaciones; y sin embargo, es muy incierto que ellas puedan mejorar nuestra situación, al paso que la alegría es un beneficio inmediato. Ella sola es, por decirlo así, el dinero contante y sonante de la felicidad."
                                          Arthur Schopenhauer, Parerga y Paralipómena