viernes, 9 de marzo de 2012

En el bar de la esquina

Como no tenía café en casa, la otra mañana fui al Claudio, que es el segundo bar más cercano a mi casa. El primero lo abrieron hace poco, pero yo soy un hombre de principios. Bueno, pues estaba en la barra con dos de los borrachos habituales, cuando un tercer borracho, sentado en una mesa a nuestra espalda, con  gorra de marino y pendiente, que se estaba pimplando una botella de tinto, ha pedido un carajillo descafeinado de wisky con sacarina. Y en eso los dos borrachos de la barra,  dos veteranos que no necesitaban  llevar gorra ni pendiente  para demostrar haber cruzado el cabo de Hornos, mientras comprobaban en El Levante que no les había tocado ninguno de los muchos cupones de la Once que habían comprado, se han mirado entre ellos para no tener que malgastar ni una palabra sobre lo complicada que se está poniendo la vida últimamente.

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