domingo, 22 de agosto de 2010

Otra historia

Nada especial, sólo algo que vi el otro día en la Patacona. Hubiera sido mejor filmarlo. Esperaba a que amainara el viento para poder salvar la rompiente y salir a pescar en mi reluciente kayak amarillo. A mi izquierda había una pareja jugando a las palas . Una pareja como tantas de las que juegan a las palas en la playa. Como tantas si no fuera por el perrazo Labrador que les dejaba la pelota a los pies cada vez que fallaban. No me fijé pero juraría que se la entregaba precisamente a quien le tocaba sacar.
.
El viento no dejó de soplar y volví a casa sin poder pescar. Como estaba frustrado, me puse meditabundo y pensé mientras veía a la Loba corriendo por el solar siempre tan entusiasta, siempre con esos planes tan ajenos a mis planes, siempre con ese humor tan ajeno a mi humor, que todos los canes, sean chuchos o de raza, podencos o labradores, merecen el mismo respeto y necesitan de nuestra atención independientemente de las cualidades que exhiban y de nuestro humor del momento. Me acuerdo ahora de que ayer desde un banco del parque vi a una mujer negra andando por la acera. Hacía mucho tiempo que no veía a nadie caminar con tanta elegancia. ¿Estará necesitada de amor? Aunque me importara no lo sabré nunca y además es otra historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario