sábado, 3 de mayo de 2014

Tiempo por delante

Llevamos tanto tedio acumulado a lo largo del puente que la loba dedica la tarde a atrapar una mosca que pulula por la casa con tan poco éxito como el mío para ponerme los zapatos salir a la calle y alzar la barbilla a lo que la tarde me depare. Alguien dijo que consumimos la mayor parte de nuestra energía en un esfuerzo inútil por salir del diletantismo al que nos entregamos por miedo de aburrirnos. Si en lugar de esforzarnos nos rendimos al aburrimiento, como yo esta tarde, llega la recompensa del tedio, estado casi zen que desaparece cuando desatendemos el vuelo de esa mosca y empieza a preocuparnos la cotización siempre cambiante del yen, por poner un ejemplo que interesará al que quiera viajar a Japón en un esfuerzo abrumador por librarse de su aburrimiento.

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