Lleva ya varios días mendigando en la puerta del Mercadona mientras habla solo. A mí me da mucha pena pero debe de dar más miedo aún porque nadie se acerca a socorrerle.
Lo que atemoriza al ciudadano de pro cuando va al Mercadona, es percibir como de fino es el hilo del que pende nuestra cordura. El mendigo que soliloquia es un leproso
No da miedo. A los que pasan cerca simplemente les da igual. M.
ResponderEliminarLo que atemoriza al ciudadano de pro cuando va al Mercadona, es percibir como de fino es el hilo del que pende nuestra cordura.
ResponderEliminarEl mendigo que soliloquia es un leproso