domingo, 18 de diciembre de 2016

No me gusta el cole

Lo que antes era huerta y después fue solar ahora será ampliación del colegio Max Aub. Levantarán muros altos para enclaustrar a los niños en una burbuja educativa y nos birlarán un pedazo del barrio. De momento las excavadoras ya han arrancado los árboles que crecían sin permiso de la autoridad municipal. Todavía me acuerdo de cuando era la huerta más cercana a la Plaza del Ayuntamiento. Después expropiaron el terreno contra la voluntad de su dueño: un labrador que a la manera del jefe indio de Seattle, me decía, sin quitarse de la boca uno de esos caliqueños que ahora prohíben las autoridades sanitarias, que el no vendía su vida al al ayuntamiento. En fin, que no dudo de que sea un progreso para el barrio, pero para la Loba es una pésima noticia, casi tan mala como lo fue el ferrocarril para los bisontes americanos o los contenedores para los gatos. Apenas quedan ya espacios vacíos. Todo funciona, todo se aprovecha y eso me inquieta.




3 comentarios:

  1. Las imágenes son bastante desoladoras.
    El ferrocarril arrebató las praderas a los búfalos pero les fue peor a los americanos nativos, les robaron su país.
    ¿Cómo habría sido todo si gobernasen los descendientes de Jerónimo, Toro Sentado... o de otros? ¿Los conquistadores en las reservas?
    Me estoy dejando arrastrar por la imaginación. M.

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    1. Más por el romanticismo que por la imaginación, Marcela, lo mismo que yo pretendiendo que los descampados sigan vacíos. Aunque no sea muy romántico llamarles nativos americanos. Un abrazo y feliz Navidad!

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  2. Parece una metafora del cerdo o al reves.

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