Esperando el verde en el semáforo de la ronda norte: de cien coches que habrán pasado, muchos de ellos 4x4, sólo he visto uno con pasajeros en el asiento de detrás. Me he acordado de cuando volvíamos de la excursión del domingo, los tres hermanos embutidos y pegados al asiento de eskay del Cuatro latas. Eran tiempos de familias grandes y coches pequeños. Ahora las paradojas son otras, esa mujer, por ejemplo, que está a mi lado hablando sola no se dirige a Dios sino a alguno que, seguramente, irá conduciendo solo mientras habla solo.
Mi vieja casa estaba llena de gente,ya no. También observó coches de un solo pasajero. Igual preferimos estar solos. No lo sé. M.R.
ResponderEliminarElhombre que corre cree conquistar el futuro y el que siembra patatas cree preservar el pasado.
ResponderEliminarQuizas no sea imposible un entendimiento presente.
Muy aconsejable: "El libro de los susurros"