Cuando estoy de buen humor me gusta mucho,
y si estoy de mal humor no la soporto.
entonces es cosa mía, porque ella siempre es la misma.
Y es que las letras humildes del libro de Gloria Fuertes,
que yo sepa, no se alteran,
ni sufren el menoscabo
de un corazón bien peinado.
Quien las trastoca soy yo
que no me puedo estar quieto
disfrutando en mi sillón. ¿Y Marías?
ese huele a naftalina,
está siempre enfurruñado y las frases
se le rizan, ¡menudos tirabuzones
tienen sus tribulaciones!,
y menudo corazón,
del color de la aspirina
Justamente hoy en un periódico infecto hay un articulo bastante bueno y divertido dedicado al "gruñón" de Marías. Lo leía hace años, pero en su "Negra espalda del tiempo" lo abandoné.
ResponderEliminarMe gusta el poema. M.R.
Cuando te encuentres con la vecina en el ascensor no se te ocurrirá recitarle un poema,verdad?
ResponderEliminarYo lo abandoné mucho antes. Ni él ni Gloria pasarán a la historia de la literatura, pero ella era entrañable. Yo la veía de pequeñín por la tele y me siguen gustando sus poemas para los niños. Hasta mañana, y descuida que la vecina no sabrá nada de esto.
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