La Loba y cómo se acerca después del juego a que le ponga la correa, la soga. Siempre cede. Algunos dirán que esa pérdida de libertad es humillante. Su dueño no lo ve así: a esa capacidad de obedecer, yo la llamo nobleza. No se puede vivir sin ataduras. Cualquier perro viejo lo sabe.


India es un poco más díscola. Aún es joven, pero cuando se adelanta vuelve la vista atrás para asegurarse de que estoy cerca. Resulta conmovedor. Siempre busca la seguridad.
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