miércoles, 5 de agosto de 2009

Trópico utópico

Di la mano al caballero de París. Vi atardecer desde Guanabacoa, patria de Bola de Nieve. Estuve en La Habana. Una bruja me aconsejó rezar a la Virgen de Regla desde el malecón. Conocí a Yailén. Vi la tumba de Cortázar. Fumé mi último cigarrillo, hecho por un guajiro con el mejor tabaco de la isla, en el valle de Palmira. Abandoné los chicles. Leí Apuesta al amanecer y La Sonata a Kreutzer. Leo El Quijote junto a los peligrosos comentarios de Miguel de Unamuno. Tantas ocupaciones impiden concentrarse en lo que importa. Y el verano sigue.

2 comentarios:

  1. Lo de los chicles.....mmmmmmmmmm no no nooooo y si como dijo Julio iglesias , al final la vida sigue igual ... y el verano... también.

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