lunes, 28 de diciembre de 2009

Meditación navideña

Mirar o escuchar algo sin preguntarse para lo que sirve, sin ni siquiera saber lo que es. De forma simple y previa. Sin que la razón instrumental invada otras razones. Así deberíamos mirar las nubes, los prójimos, todos los objetos naturales. Así miran los animales. Así escucha el buen psicoanalista. Cuando esto suceda todo cambiará, pero para que suceda es necesario que baje algún dios. Y no estamos preparados para esperar a un dios. Quizá ya está aquí, entre nosotros, y no lo sabemos. O a lo mejor siempre estuvo aquí esperando nuestro silencio o nuestro decir poético para manifestarse.

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