Escribir algo y luego escribir exactamente lo contrario, y creer ambas cosas a la vez, o sucesivamente, o no creer ninguna, o sentir piedad por lo que escribes, más por el tono que por el contenido. Simplemente escribir por no dar tiempo al tiempo, por matarlo. A fin de cuentas el primer título de este blog era pensar por existir, en sus dos acepciones, ahora me doy cuenta.
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