lunes, 19 de septiembre de 2011

El chino y yo quedamos satisfechos

Esta tarde he sacado punta al lápiz nuevo, me he sentado al escritorio, y cuando me he puesto a escribir, nada. Y no me refiero a ninguna crisis de inspiración. Cuando digo nada, digo que por mucho que apretara la mina contra el papel el lápiz no escribía. Vaya, que no funcionaba lo mismo que una tele o una lavadora cuando se estropean o vienen con defecto de fábrica. En cualquier caso, pienso seguir comprando en el bazar chino porque poder mirar las cosas con ojos nuevos y mantener intacta la capacidad de asombro, son dos cualidades mucho más importantes para un escritor que los útiles del oficio que siempre podrá procurarse en El Corte Inglés.

3 comentarios:

  1. Cosas curiosas: un montón de tiempo leyendo este blog y resulta que hoy casi te comes mi manzana de oro...

    PD: Creo que no me equivoco de persona, si es así... disculpa!

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  2. Te dedico la entrada siguiente, antigua/lectora/desconocida.

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