jueves, 11 de julio de 2013

Pescar en dique seco

Lobo mira de reojo a esos hombre que, al caer la tarde, se pasean armados con bastones para detectar metales entre las primeras gaviotas y los últimos bañistas de la Patacona. Esos que seguramente están todavía allí porque extraviaron algo. Al final, el recelo deja paso a la curiosidad. A fin de cuentas, él también es pescador: ¿De dónde vienen? ¿Dónde aprendieron el oficio? ¿Qué llevan en esos macutos tan voluminosos? ¿Venderán en Decatlón el kit de pesca en arena? ¿Observarán, golosos, las orejas de cierta bañista con los ojos apuntando unos grados más hacia arriba que el común de los mortales? ¿Por qué no estarán en la  playa de Marbella en vez de buscar la calderilla que sobra de los polos de horchata?
 

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