miércoles, 26 de septiembre de 2018

No recuerdo ya lo que estaba diciendo, uno de esos sermones que endoso a mis alumnos al empezar las clases para liberar esa vena retórica que las matemáticas me impiden desarrollar. El caso es que cuando yo estaba más encendido, levanta la mano Jasmin:

"Ignacio, mientras hablas de la vida, ¿Puedo ir a la taquilla?"

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