martes, 4 de mayo de 2010

Miedo

Anteayer, mientras paseaba por el Valle de la Murta, una amiga de puro contento se puso a trotar como un potrillo. De repente me acordé de que en el colegio nos enlazábamos por los hombros y avanzábamos a saltos pregonando a lo que queríamos jugar. Empezaba uno, los otros se sumaban y cuando estimábamos que éramos suficientes comenzaba el juego. Me acuerdo de que yo nunca empezaba por miedo a que nadie se uniera y me quedara solo cantando. Me acuerdo también del mal rato que pasaba cuando quien comenzaba el pregón era un niño impopular por temor de que nadie se juntara con él. Me acuerdo de que admiraba su valentía pero no le secundaba porque mi solidaridad era inferior al miedo a que ningún tercero se nos uniera. Si el niño que empezaba a cantar era un líder tampoco le acompañaba de inmediato por temor a su rechazo y por miedo a que los otros pensaran que trataba de arrogarme un puesto que no me correspondía. Me acuerdo bien de todo esto, sin embargo no consigo recordar a lo que jugábamos.

1 comentario:

  1. ¿Cómo suena un poema que no pretende serlo?
    (Sí, vale, ha sonado a anuncio de Evax)

    ResponderEliminar