martes, 28 de enero de 2014

Berlín: las almohadas

Como ya había comprobado de otras estancias las almohadas alemanas son magníficas: cuadradas, grandes, con el relleno distribuido con una uniformidad impecable. Y lo mejor es que a pesar del tamaño cuando apoyamos la cabeza ceden lo justo para que descansemos con total confort. Ahora mismo estoy sentado sobre una que me sirve admirablemente de cojín. Como nada es perfecto, compruebo consternado que no me cabe en la maleta. 

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