jueves, 31 de agosto de 2017

Terrorismo cotidiano

Esos bebés que berrean en la piscina porque no quieren bañarse. Si reuniera valor me acercaría a los padres y monitores a decirles cuatro cosas. La primera, que cuando no se respetan sus deseos, las criaturas terminan por no saber lo que quieren de adultas, o queriendo lo que les hace daño. El caso es que el resto de la piscina y yo miramos hacia otra parte como hacían los alemanes cuando veían pasar trenes repletos de judíos hacia los campos de exterminio. 

6 comentarios:

  1. Es triste, pero es una tortura permitida. Tal vez rectificasen si les introdujeran al ellos la cabeza en el agua hasta que perdiesen la respiración. Ser peque es una situación peligrosa a la que todos hemos estado expuestos. Yo, siempre he tenido una relación de lo más feliz con el agua desde que mi madre me introducía en un barreño con agua previamente soleada. Aún lo recuerdo. M.R.

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  2. Agua soleada, qué lírico, Marcela. A mí me introducían en una bañera de agua corriente. En verano me desquitaba en el mar, eso sí.

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  3. Yo tengo nenes.
    Tres.
    A veces fantaseo con el numero de hostias divisibles por tres que les daria.
    Pero los otros papis te miran con cara de sacar el movil para llamar a lps servicios sociales.
    Asi que vas a casa para torturarlos sin testigos: castigados sin tablet.
    Asi que las nuevas generaciones no seran yihadistas. Solp gilipollas.
    Asumo mi parte de respobsabilidad.
    Por cierto, que no me aclaro con lo de las iniciales. Soy el tal PS.

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  4. A mí me introducían en un barreño con agua de Perrier, nada de agua corriente. Los de familia bien somos así, lo malo es que esto es agua pasada.

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    1. De agua pasada nada, si no no hubieras salido tan fortachón y robustote. Un abrazo, allá donde estés y a ver si nos vemos cualquier día!

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