domingo, 25 de abril de 2010

Sin asunto

Hoy he activado la alarma del móvil para que me avise cuando cumpla cien años. Como la tecnología es tanto o más fungible que los hombres se trata de un gesto doblemente inútil, un brindis a un sol futuro que nunca veremos. Hay algo de paradójico y sobrehumano en esto de la tecnología, no sabría muy bien precisar qué. O a lo mejor es que no quiero seguir tirando del hilo so pena de un patetismo que viene muy al caso pero que debe sobrellevarse en la más estricta intimidad. Chao.

2 comentarios:

  1. Ayer veía Fahrenheit 451, y había un toque de esa tecnología extravagante y de libros prohibidos. Me acordé de todos nosotros, cuando al final de la peli cada uno tiene que memorizar un libro, y de qué libro elegiría cada uno.
    Qué triste y qué hermosa la primera frase de tu entrada hoy en el blog.

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  2. Gracias, Lauri, qué bueno saber que estás ahí. Las penas y alegrías entre amigos a lo mejor se duplican pero sobre todo se comparten.

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